El
mieloma múltiple es un cáncer de la sangre incurable caracterizado por períodos de remisión y de recaída. Sin embargo, los avances terapéuticos permiten vislumbrar a los especialistas la posibilidad de hablar de
cronificación en un futuro no muy lejano. Así lo han puesto de manifiesto los expertos reunidos en el marco de la 'V Reunión Virtual Cammbio:
la inmunoterapia que abre puertas', organizada por Janssen Pharmaceutical Companies of Johnson & Johnson, donde han destacado la
importancia de las terapias dirigidas y la inmunoterapia, que han supuesto un cambio de paradigma en el abordaje de esta enfermedad.
En este sentido, María Victoria Mateos, responsable de la Unidad de Mieloma en el Hospital Universitario de Salamanca y coordinadora científica de estas jornadas, ha explicado que "el desarrollo de estrategias de
inmunoterapia dirigidas a antígenos expresados por las células tumorales ha completado el arsenal terapéutico actual, que tiene como denominador común dirigirse específicamente
al tumor". "Ahora vemos
respuestas más profundas y duraderas, los pacientes viven más y con una mejor calidad de vida gracias a la elevada eficacia y favorable
perfil de tolerabilidad de los nuevos tratamientos", ha indicado.
Tal y como ha destacado Mateos, "la incorporación de los nuevos fármacos ha permitido una progresiva mejora en la supervivencia, que actualmente
supera los 5-7 años en el 50 por ciento de los pacientes". Además, ha augurado que "su administración en
líneas más precoces de tratamiento, sumado al uso de combinaciones y a la terapia de células CAR-T (que consiste en modificar genéticamente los linfocitos T extraídos previamente al paciente a través de un proceso de aféresis) nos podría aproximar un poco más a la futura cura de los pacientes con mieloma. Sabemos que se trata de una enfermedad
aún incurable a día de hoy, pero ahora vemos cada vez más lejano este dogma de incurabilidad".
Uno de los puntos fuertes de la jornada fue el papel de los
tratamientos más innovadores como la terapia de células CAR-T y los anticuerpos biespecíficos en el abordaje del mieloma múltiple en pacientes que han recibido ya tratamientos con inhibidores de proteasoma, inmunomoduladores y anticuerpos anti-CD38. "La
terapia CAR-T ha mostrado que puede cubrir adecuadamente las necesidades de estos pacientes, porque estamos viendo que más del
70-80 por ciento de los pacientes responden, y muchos de ellos alcanzan incluso una respuesta completa", ha detallado Mateos.
La llegada de los anticuerpos biespecíficos
Con respecto a los
anticuerpos biespecíficos, la especialista ha señalado como principal ventaja que se trata de fármacos que
no requieren de un proceso complejo que sí requiere la terapia de células CAR-T en su administración, por lo que estarían disponibles en los hospitales para los pacientes, con el añadido de que se están combinando ya con otros
fármacos inmunomoduladores o anticuerpos anti-CD38, "con datos también prometedores tanto en tasa global de respuestas como de remisiones completas y supervivencia libre de progresión".
En este sentido, Mateos ha explicado que las nuevas opciones basadas en
anticuerpos monoclonales se están incorporando ya a los estándares de
tratamiento en primera línea, siendo los primeros los dirigidos contra la proteína CD38. Por ello, afirma que "lo importante es utilizar las mejores combinaciones como parte de la
primera línea de tratamiento".
Detección temprana de la recaída
Uno de los principales retos identificados por los especialistas en mieloma múltiple es la
detección temprana de la recaída. "Esto permite iniciar el tratamiento en una
fase de 'recaída biológica', en la que aún no han aparecido síntomas clínicos (anemia, insuficiencia renal, dolor óseo…)", ha explicado Mateos.
Esta experta ha incidido en la necesidad de utilizar los
esquemas "más favorables" en la primera recaída: "Desafortunadamente, la mayoría de los pacientes recaen, aunque suelen ser recaídas muy tardías", a lo que añade que "en mieloma múltiple, la recaída es cada vez más compleja, y requiere una individualización del abordaje, es decir, esquemas más favorables que condicionen de manera muy importante la supervivencia".
"El reto al que nos enfrentamos reside en un grupo de pacientes, en torno al 10-15 por ciento en los que las
manifestaciones clínicas de la enfermedad tardan mucho en hacerse presentes. La clave aquí es intentar detectar estos pacientes para evitar el sobretratamiento. En este grupo de pacientes probablemente podamos intentar hacer seguimiento y si el componente monoclonal se mantiene estable no instaurar inmediatamente un tratamiento precoz", ha apuntado Mateos.
Por otro lado, los expertos reunidos en la jornada han puesto de manifiesto el "buen estado" de la
investigación hematológica en España, ya que "si hablamos del mieloma podemos decir que cada seis meses o un año se producen innovaciones tanto en fases avanzadas como en líneas más precoces de tratamiento", ha asegurado Mateos. "El problema es que en nuestro país hay un
retraso importante en la llegada de estos nuevos fármacos, y en este sentido, somos de los países europeos que más tarda en incorporar la innovación. Este proceso debería agilizarse para que la innovación llegue cuanto antes a los pacientes", añade.
Diagnóstico precoz de la amiloidosis de cadenas ligeras (AL)
El también coordinador científico del encuentro, Joan Bladé fue el moderador de la mesa dedicada a la amiloidosis de cadenas ligeras (AL). El especialista, consultor emérito en la Unidad de Amiloidosis y Mieloma del Servicio de Hematología del Hospital Clínic (Barcelona), ha explicado que se trata de "una patología de la sangre cuya incidencia se sitúa en un
nuevo caso por cada 100.000 habitantes/año, estimándose en España el diagnóstico de entre 400 y 500 casos nuevos cada año". En cuanto a las causas, afirma que "se produce, por parte de las
células plasmáticas de la médula ósea, un exceso de cadenas ligeras de inmunoglobulinas. Estas se depositan en distintos órganos, provocando su afectación y manifestaciones clínicas muy diversas".
Se trata de una enfermedad minoritaria que cursa con sintomatología heterogénea, como afectación hepática, neurológica o digestiva, alteración de la función renal, insuficiencia cardíaca o pérdida de peso, lo que suele provocar un retraso en el diagnóstico. "Los pacientes acostumbran a llegar al especialista en
estados muy avanzados de la enfermedad, ya con multitud de síntomas; por eso insistimos en la importancia de la detección precoz, que nos posibilite ofrecerles el tratamiento más adecuado para ayudar a mejorar el pronóstico", ha recalcado Bladé.
Este experto ha explicado que desde hace 20 años se viene utilizando en esta enfermedad un
inhibidor de la proteasoma; aunque en los últimos años "hay que destacar los avances terapéuticos que se han producido con la introducción de
nuevas opciones terapéuticas que permiten actuar contra la proteína CD38".
En esta línea, ha afirmado que "actualmente se ha producido un
gran avance en el tratamiento de esta enfermedad con las nuevas combinaciones terapéuticas, que aumentan de forma muy significativa tanto la tasa de respuestas como la profundidad de las mismas. De otro lado, la respuesta orgánica, en particular, la cardíaca y renal se producen en mayor número y con mayor rapidez".
"Otra de las líneas en investigación actualmente son los anticuerpos que permitan
reducir o eliminar la proteína ya depositada en los órganos y tejidos, así como los inmunomoduladores que puedan ser utilizados como tratamiento de rescate cuando las líneas anteriores de tratamiento han fracasado", ha señalado Bladé.
Trabajos premiados
Durante este encuentro científico se han entregado tres galardones a los mejores pósteres. El primer premio ha sido otorgado a la investigación desarrollada por Borja Puertas Martínez, del Hospital Clínico de Salamanca, que compara el tratamiento con
terapia celular CAR-T en mieloma múltiple en recaída/refractario frente a los anticuerpos biespecíficos.
También ha sido reconocida con el segundo premio, Elena Alejo Alonso, del mismo centro, por su trabajo sobre la evaluación cardíaca mediante técnicas de imagen en amiloidosis de cadenas ligeras (AL); y, del Hospital de León, con el tercer premio, Fernando Escalante Barrigón, por una
app desarrollada durante la pandemia para controlar y hacer un seguimiento más adecuado de los pacientes con mieloma múltiple.
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