La investigación y desarrollo de
medicamentos para patologías mentales ha dado un gran salto en las últimas décadas. La industria farmacéutica ha apostado por esta área y ha logrado grandes avances no solo
mejorando los tratamientos para pacientes con enfermedades psiquiátricas y trastornos del ánimo, sino también
combatiendo el estigma social asociado a estas patologías.
En el momento actual, la salud mental se ha puesto en valor y ha cobrado mayor visibilidad. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran que el
25 por ciento de la población va a sufrir algún trastorno mental a lo largo de su vida. De hecho, las cifras del Ministerio de Sanidad español detallan que en nuestro país uno de cada diez adultos y uno de cada 100 niños tendrá una patología mental.
Fuentes del sector farmacéutico apuntan que ahora se centran en la investigación y desarrollo de fármacos, desde el
descubrimiento de nuevas moléculas hasta el desarrollo preclínico y clínico de nuevos medicamentos. Además, los
estudios enfocados en depresión son cada vez más comunes, ya que menos de un tercio de las personas que viven con esta patología reciben un tratamiento adecuado y una de cada dos mujeres con depresión posparto nunca es diagnosticada.
Concretamente, señalan hay
necesidades médicas no cubiertas en las que queda mucho camino por resolver como: enfermedad de Lupus; Neuropsiquiatría;
enfermedades neuromusculares como la esclerosis lateral amiotrófica; y neurodesarrollo genético.
Futuro de las terapias de patologías mentales
En este sentido, las compañías farmacéuticas afirman que están enfocadas en seguir avanzando en el campo de las Neurociencias y creen que el camino que deben seguir es buscar soluciones para mejorar la vida de los
pacientes pediátricos y sus cuidadores, "invirtiendo en la investigación en torno al cerebro y en la lucha contra las consecuencias que afectan negativamente a la vida de los pacientes".
Para lograr este objetivo se centrarán en
proporcionar tratamientos eficaces que reduzcan los efectos secundarios y conseguir
terapias más personalizadas que se ajusten al perfil clínico y a las necesidades individuales de cada persona, de modo que favorezcan la adherencia terapéutica y la efectividad de los tratamientos. Otro aspecto en el que trabajan es en
romper estigmas que están asociados a estas enfermedades y que impactan en su vida.
Asimismo, ambas compañías apuestan por la colaboración y el
trabajo conjunto de instituciones tanto del ámbito público como del privado, ya que la
complejidad de la investigación en salud mental "requiere de la suma de esfuerzos".
Los psiquiatras miran con optimismo el futuro
Por su parte, la secretaria de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (Sepsm), Llanos Conesa, explica que el futuro es muy esperanzador gracias a las
investigaciones sobre Epigenética y el conocimiento de las vías metabólicas específicas a través de las que se modifica las expresiones genéticas y se generan los fenotipos de las enfermedades mentales.
"Los estudios se han centrado inicialmente en la esquizofrenia y los trastornos bipolares, pero también en otras patologías mentales como los Trastornos de Conducta Alimentaria. El objetivo es poder actuar sobre estas vías metabólicas para
bloquear la expresión de los fenotipos patológicos", sostiene la experta.
En cuanto a los retos pendientes, Conesa apunta que en el
terreno biológico aun se precisa que los antipsicóticos tengan el "máximo éxito" en los síntomas deficitarios o crónicos de las enfermedades mentales graves, o antidepresivos con menores efectos secundarios a nivel metabólico, sequedad mucosas o limitaciones en el funcionamiento sexual.
Asimismo, los profesionales piden
mayores dispositivos sociosanitarios para la atención de los pacientes con Trastornos del Neurodesarrollo, para atender tanto sus necesidades médicas como estimulación cognitiva, ocupacional y docente. "La salud mental de la infancia y adolescencia aun precisa de muchos recursos (Hospitales de Día, Unidades específicas, camas hospitalarias para cada franja de edad); y
mayores consensos del abordaje farmacológico de estos pacientes, a la luz de los nuevos psicofármacos recientemente comercializados", detalla.
Desde Sepsm no solo se centran en los nuevos fármacos que pueden llegar, sino en las guías para el tratamiento de las enfermedades. "Existe un
vacío importante en el tratamiento de los Trastornos de Personalidad, sobre todo el Trastorno Límite de Personalidad. Habría que consensuar y
actualizar guías de tratamientos psicofarmacológicos que puedan resultar útiles en su abordaje. Faltan Hospitales de Día para un abordaje multidisciplinar y recursos comunitarios para la asistencia de estos pacientes y sus familiares", lamenta.
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