La
legislación farmacéutica está cada vez más cerca de convertirse en una realidad. Este martes se dio un pasó más hacia la aprobación del texto final, ya que la
Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo aprobó las enmiendas de esta reforma antes de que se vote en el pleno el 10 de abril.
Concretamente, uno de los temas más controvertidos ha sido el
periodo regulatorio de protección de datos que en estos momentos
se sitúa en ocho años. Aquí hubo propuestas de grupos políticos que iban desde aumentarlo hasta los nueve años o de
reducirlo hasta los seis años, tal y como apostaba la Comisión Europea. Finalmente, el
acuerdo alcanzado lo ajusta a 7,5 años, tiempo durante el cual otras empresas no pueden acceder a los datos de los medicamentos; además de
dos años de protección del mercado, en los que no se podrán comercializar genéricos, híbridos o biosimilares.
Esta noticia no ha sido muy bien recibida por algunas partes del sector afectadas como la
industria farmacéutica. Concretamente, la
Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (Efpia) ya ha mostrado su desacuerdo, aunque creen que actualizar el marco político de Europa es "fundamental" para el futuro de una industria que es uno de los
activos estratégicos más importantes de Europa y que contribuye más a la balanza comercial de la región que cualquier otro sector.
Una Europa "menos competitiva"
"A pesar de las mejoras pragmáticas al texto inicial, la industria sigue preocupada de que el impacto de las propuestas haga que
Europa sea menos competitiva y menos atractiva como región para la investigación y el desarrollo de
medicamentos y vacunas. Es difícil comprender cómo reducir los incentivos para que las empresas descubran, desarrollen y entreguen nuevos tratamientos en Europa
sea lo mejor para los pacientes", indica Nathalie Moll, directora general de Efpia.
Según los representantes de la industria europea, estas propuestas pueden hacer que las compañías farmacéuticas
"sigan trasladando recursos" (investigación y desarrollo, ensayos clínicos, fabricación avanzada y habilidades científicas y académicas) a áreas con estrategias de ciencias biológicas más ambiciosas.
En este sentido, desde Efpia subrayan la necesidad de un
diálogo continuo para definir una legislación que "apoye, en lugar de obstaculizar, la
investigación, el desarrollo y la fabricación de nuevos tratamientos. en la UE para ayudar a construir una Europa más sana, más competitiva y resiliente".
La industria, crítica con la reforma farmacéutica
No es la primera vez que desde la federación que dirige Moll muestran su
desacuerdo con algunas de las propuestas de la
reforma farmacéutica de la Unión Europea. Según un estudio encargado por ellos mismos a la consultora Dolon, la nueva legislación, en su forma actual, "dañará gravemente la competitividad europea, dificultando que
Europa atraiga inversiones, lance nuevos tratamientos para pacientes y siga el ritmo de otras regiones más ambiciosas en este campo, como EEUU, China y Japón".
"El informe indica que la revisión en los términos actuales hará que el peso de Europa en la
I+D de medicamentos se reduzca hasta un tercio, pasando de representar el 32 por ciento actual a solo un 22 por ciento en 2040, lo que supone una reducción del 35 por ciento. Esta caída equivale a
2.000 millones de euros en inversiones en I+D perdidas cada año en Europa", sostienen.
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