La
industria del medicamento innovador no tendrá que compensar a las administraciones públicas por el
gasto farmacéutico de 2016, ni viceversa. Y es que, según las estimaciones de
Farmaindustria, no se van a superar las fronteras marcadas, ni en positivo ni en negativo, en el protocolo que pactó con los ministerios de Hacienda y Sanidad.
Fuentes de la patronal precisan que las proyecciones que manejan así lo indican. A pesar de que el gasto farmacéutico hospitalario en agosto aumentó un
10,8 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, recuerdan que el protocolo incluye
los antivirales de hepatitis C, que al entrar en esta ecuación causan que esta partida decrezca (por tercer mes consecutivo) un 2,7 por ciento.
Asimismo añaden que el protocolo se basa en el gasto real. Es decir, en lo que los hospitales pagan directamente a los laboratorios, incluyendo los descuentos que suelen hacer las compañías. En este sentido, avisan de que las cantidades que publica el Ministerio de Hacienda son aproximaciones de las comunidades autónomas basadas en los precios financiados oficiales y, por tanto, más elevadas de lo que finalmente se abona.
Tasas de referencia
Hay que recordar que mediante el protocolo, el crecimiento del gasto en medicamentos innovadores de 2016 queda atado a la
tasa de referencia de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). Si se supera esta tasa, los laboratorios tendrían que compensar a las Administraciones Públicas de forma no monetaria, y si lo que se supera es la tasa de PIB real, la retribución tendrá que ser económica.
Con todo, también se pactó una contrapartida por la que si el gasto queda por la tasa de referencia, serían los laboratorios los que tendrían que ser compensados, aunque todavía se desconoce en qué forma. Esto se debe al escaso desarrollo que hasta ahora ha habido del protocolo, que descansa en una comisión de seguimiento en la que, según las últimas informaciones, se han creado dos grupos de trabajo sobre “el análisis del gasto farmacéutico y el acceso de los pacientes a la innovación”.
Asimismo, el futuro del protocolo descansa en las manos del nuevo ministro o ministra de Sanidad. Así lo ha afirmado hace unas semanas
Javier Urzay, subdirector general de Farmaindustria, en su intervención e
n el 20 Congreso Nacional Farmacéutico, que aludió que su vigencia dependerá “de la voluntad de las partes y del gobierno que se forme”.
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