La
industria farmacéutica española presenta mejores niveles de calidad en términos de
competencia que la media de los mercados económicos de la
Unión Europea. La diversidad en el conjunto de empresas dedicadas al desarrollo de medicamentos o productos sanitarios en el sector estatal ha colocado al país como uno de los que reciben menores quejas por parte de la ciudadanía en la segunda ronda del
Eurobarómetro publicada en el mes de octubre.
El sondeo ha revelado que apenas un
9 por ciento de los encuestados se han encontrado con dificultades vinculadas con
los precios altos, la oferta reducida de productos, el acceso a proveedores o la pérdida de calidad en el sector de los productos farmacéuticos. Una realidad que choca con el
15 por ciento de personas que sí que han identificado este tipo de problemáticas en el bloque comunitario.
España es el tercer país de la Unión Europea que cuenta con una mejor valoración de la opinión pública sobre la competencia de la industria del medicamento solo por detrás de
Austria y Portugal que se han quedado en un 8 por ciento. Su situación choca con la de otras grandes potencias del bloque con peso en materia sanitaria como
Francia (18 por ciento),
Bélgica (17 por ciento),
Italia (16 por ciento) o
Alemania (12 por ciento).
La clasificación ha colocado además a los países del norte y el este del viejo continente como los más afectados por los problemas derivados de la oferta y demanda de medicamentos. En
Finlandia y en
Letonia representa un problema común para el 27 por ciento de los ciudadanos. Le siguen de cerca
Lituania (22 por ciento),
Hungría (22 por ciento) y
Polonia (21 por ciento).
Los problemas de competencia en la UE
A pesar de que en España apenas se han identificado inconvenientes en el sector farmacéutico, los encuestados sí que han desvelado su malestar en otras actividades económicas. La mayor parte de las quejas están relacionadas con el acceso a los mercados de la
electricidad y el gas con un porcentaje del
34 por ciento, lo que representa 7 puntos por encima de la media de la Unión Europea.
El área de
telecomunicaciones también ha recibido buena parte de las protestas, ya que hasta un 23 por ciento de los participantes españoles del sondeo ha detectado problemas de competencia. Le sigue de cerca el
sector financiero (17 por ciento), el de la
venta minorista de alimentos (15 por ciento), el
transporte (13 por ciento) o los
servicios públicos (10 por ciento). Mientras que un 45 por ciento de la población no ha observado dificultades en ningún área.
La mayor parte de las reclamaciones de los españoles está relacionada con el
alto precio de los productos, presente en el 81 por ciento de las consultas. La similitud en el servicio de todas las empresas (57 por ciento), la dificultad para
comparar precios (54 por ciento), la
calidad insatisfactoria (52 por ciento) o los problemas para
cambiar de proveedores son algunas de las problemáticas más comunes en el panorama nacional.
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