Extremadura fue la primera comunidad autónoma en estrenarse en el
acuerdo de beneficio compartido de biosimilares. Una fórmula que permite el intercambio de fármacos para
mejorar la eficiencia hospitalaria y permitir un ahorro importante en el gasto al Sistema Nacional de Salud (SNS). Poner en marcha este modelo consta de diferentes fases y en estos momentos, la comunidad se encuentran en la segunda parte, que es la búsqueda de
centros que quieran adherirse a él, según fuentes de la
Asociación Española de Medicamentos Biosimilares (Biosim) y la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura.
La primera fase de este proyecto ha sido la
formación de los profesionales del Servicio Extremeño de Salud, en la que Biosim ha jugado un gran papel a la hora de resolver todas las dudas. "Hemos ofrecido un
marco teórico de las ganancias compartidas, las experiencias en otros países y hemos generado debate entre los profesionales del servicio extremeño", explica Isabel del Río, subdirectora de Biosim.
De hecho, estos modelos están pensados para ser
desarrollados por equipos multidisciplinares, por lo tanto, es fundamental que diferentes perfiles de sanitarios se sienten en la mesa a trasladar sus inquietudes y necesidades, tal y como han hecho. Según apunta Del Río, la primera etapa ha servido para que los profesionales manifiesten
la necesidad de recursos que tienen los equipos clínicos, centrados sobre todo en la docencia del paciente, ya que ellos son los encargados de presentarles este cambio y sus beneficios.
"Por ejemplo, se ha hablado de que
la Enfermería tiene un papel relevante a la hora de hacer el seguimiento de los pacientes y que contribuye a que
no haya abandonos en la terapia, gracias sobre todo por el mensaje consensuado entre médicos y enfermeras", subrayan desde Biosim.
Concretamente, en
España el uso de biosimilares permite un ahorro del 30 por ciento en el gasto sanitario, mientras que en Extremadura, con el grado de penetración que tienen y la implantación de este pacto, podría llegar a ser el doble. "Con estas estrategias, los recursos económicos que dejan de destinarse a gasto farmacéutico gracias a la prescripción de biosimilares frente a biológicos originales, se
reinvierten en el propio servicio o unidad que ha generado ese ahorro, pudiendo abordar la adquisición de
nuevas dotaciones tecnológicas o el refuerzo de las plantillas de profesionales del servicio, lo que a su vez redunda en la mejora de la calidad asistencial", explican desde la Junta de Extremadura.
Centros hospitalarios que participen en el convenio
No obstante, ahora es el momento decisivo, ya que una vez que se ha presentado este acuerdo de ganancias compartidas con biosimilares son los
profesionales y los centros hospitalarios los que deben "dar un paso al frente y levantar la mano" para poner en marcha dicho convenio. A pesar de la incertidumbre política que atraviesa Extremadura, el
programa no va a detenerse y así lo han señalado también fuentes cercanas a la Consejería que dirige en funciones José María Vergeles.
"Es un convenio que lo que busca es el
uso más eficiente de los medicamentos biológicos en la región de Extremadura, con lo cual es un objetivo que va a tener cualquier gobierno independientemente del signo político", asegura Del Río.
Para guiar esta hoja de ruta, cuentan con ejemplos de países cercanos de
Reino Unido, Francia e Italia donde se han implantado estos pactos con beneficios. Asimismo, en España, la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha sugerido en más de una ocasión poner en marcha estos programas para que el gasto farmacéutico sea más eficiente.
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