Guido Rasi, director general de la EMA.
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Redacción. Madrid
El Comité de Evaluación del Riesgo en Farmacovigilancia (PRAC, por sus siglas en inglés) de la Agencia Europea de Medicamentos ha aprobado una estrategia para comenzar a medir el impacto de esta actividad, así como su eficiencia y eficacia.
En concreto, en su último encuentro el comité aprobó cómo reunir datos y conocimiento sobre el efecto concreto de estas medidas y procesos. “Medir el impacto de este tipo de actividades es crucial para saber si las medidas adoptadas para reducir al mínimo los riesgos de un medicamento han sido eficaces”, indica la EMA en un comunicado, asegurando que esta estrategia le permitirá mejorar la farmacovigilancia del viejo continente”.
La nueva estrategia adoptada por el PRAC se basa en las actividades existentes en los estados miembros y de la Agencia y se basa en un “enfoque de colaboración con las partes interesadas”, concretamente en cuatro áreas: la medición de la eficacia de las medidas de minimización de riesgos en productos específicos; medir el efecto de los procesos específicos de farmacovigilancia (por ejemplo, la notificación espontánea de sospechas de reacciones adversas, la gestión de la señal); investigar la forma de garantizar la participación de las principales partes interesadas (por ejemplo, pacientes y profesionales de la salud), y seguir mejorando las metodologías para determinar el efecto de estas actividades de farmacovigilancia en la salud pública.