La clave del adecuado tratamiento de la depresión radica en la detección precoz, fundamental para el mejor pronóstico de la enfermedad, caracterizada por síntomas afectivos, cognitivos y somáticos, además de con altas tasas de recurrencia y tendencia a la cronificación, según se ha puesto de manifiesto en la Mesa de Debate ‘Depresión: intervención precoz y reincorporación flexible al puesto de trabajo’, organizada por Lundbeck y celebrada en la tarde de ayer en el Instituto Nacional de Higiene y Salud en el Trabajo (INSHT), en Madrid.
Inaugurada por Jerónimo Maqueda, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina del Trabajo, y Xavier Martí, director general de Lundbeck Iberia, ha contado con la participación de diversos profesionales como Jerónimo Saiz, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, Cibersam; Javier Sanz, director del Instituto de Medicina Predictiva; representantes de las mutuas de accidentes de trabajo y del Instituto Nacional de la Seguridad Social. Entre los asistentes, responsables de riesgos labores de grandes empresas y especialistas de Medicina del Trabajo y Psiquiatría.
Para Saiz, “las claves para la intervención precoz en depresión pasan por detectar y diagnosticar la enfermedad lo antes posible. Parece fácil pero en la práctica no lo es. Los propios enfermos no reconocen los síntomas como de origen afectivo y quienes los atienden, en muchas ocasiones, no cuentan con formación o tiempo suficiente para ver que realmente lo que hay es una enfermedad depresiva. Después del diagnóstico de la enfermedad, la instauración del tratamiento correcto es también fundamental”.
¿Qué pueden hacer las empresas a favor de esa detección precoz? Según Sanz, “el ámbito de la empresa constituye un marco importante en la detección y abordaje precoz de la depresión. Para ello cuenta con una herramienta fundamental como son los servicios de medicina del trabajo en el ámbito de los servicios de prevención. Pero para conseguir una eficacia adecuada es fundamental la coordinación entre los servicios médicos en el mundo de la empresa y la red pública especializada en salud mental”.
La depresión se relaciona con menor productividad, absentismo, mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades, ya sean mentales o físicas, incremento del uso de los servicios sanitarios y un mayor número de accidentes.
Para Xavier Martí, director general de Lundbeck Iberia, “fomentar la prevención, el diagnóstico precoz, facilitar el acceso a los tratamientos y, sobre todo, una recuperación funcional y gradual, constituyen las claves para la reducción del impacto de la depresión, y ahí las empresas tienen una ocasión excepcional de contribuir de forma responsable al abordaje de esta enfermedad que tanto sufrimiento provoca al paciente y su entorno y que representa una de las principales causas de baja laboral”.
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