Redacción. Madrid.
Las nuevas tecnologías han modificado la relación médico-paciente y paciente-enfermedad, permitiendo al especialista encontrar datos de una forma más ágil. “Antes de la llegada de Internet el experto podía tardar semanas a la hora de buscar información. Ahora, ese mismo proceso puede durar menos de un minuto y en lugar de obtener, por ejemplo, doce referencias, localizar doscientas”, ha explicado el especialista en Reumatología Antonio Gómez durante la celebración del simposio organizado por Pzifer ‘Lo Mejor de la AR en 2014’.
El mundo digital y las terapias biológicas han sido las principales protagonistas de este encuentro en el que han participado más de 130 especialistas. “El aporte principal de las nuevas tecnologías al conocimiento de la artritis reumatoide así como a la medicina en general, ha sido el cambio en el acceso a la información. No sólo a la cantidad, sino a la velocidad que se accede a ella”. La utilización masiva de estos dispositivos está enriqueciendo, según señala Gómez, el seguimiento de los tratamientos, la detección de fracasos terapéuticos y las posibles reacciones adversas, permitiendo al facultativo “tomar en cada momento la mejor decisión para el paciente y personalizar el tratamiento según sea la respuesta”.
Los participantes en este encuentro han destacado dos tipos de aplicaciones en el área de la Reumatología. En primer lugar, aquellas centradas en el acceso informativo que permiten recibir noticias y novedades acerca de fármacos y su dosificación (como Medscape); seguidas de las que registran y calculan los índices de actividad de los pacientes (Das Calculator y Rave). “Los dispositivos portátiles, la programación o computación cognitiva y la inteligencia artificial van a permitir la obtención de muchos más datos sobre nuestros pacientes, su estado actual y la evolución diaria de la enfermedad, así como el análisis rápido de dicha información y la toma de decisiones basados en la información a tiempo real”, indica Gómez
"La revolución" de las terapias biológicas
Con respecto a las terapias biológicas, el doctor Enrique Raya, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario de Granada, considera que “han supuesto una auténtica revolución”, pues han demostrado su efectividad a largo plazo a la hora de detener el deterioro estructural de los afectados, mejorando notablemente su calidad de vida. “De cara al futuro el reto es seguir ahondando en el conocimiento del proceso inflamatorio para poder avanzar en nuevas alternativas terapéuticas”, subraya.
“En la última década, las terapias biológicas han evolucionado hacia un manejo y control de su seguridad, lo que ha permitido posicionarlas de forma adecuada en nuestras guías y recomendaciones de tratamiento de las enfermedades reumáticas”, apuntó el doctor José Andrés Román Ivorra, Jefe del Servicio de Reumatología, Hospital Universitario y Politécnico La Fe, Valencia.
Etanercept fue una de las primeras terapias biológicas en comercializarse y como destaca Andrés Román Ivorra, Jefe del Servicio de Reumatología del Hospital Universitario y Politécnico de La Fe (Valencia), “ha permitido un control clínico en cuanto a la actividad y daño estructural de los pacientes con un alto perfil de seguridad, lo que hace que los reumatólogos nos sintamos cómodos a la hora de su manejo”.
Durante estos 15 años, la terapia no ha dejado de investigarse en diferentes indicaciones y perfiles de enfermedad, ha evolucionado su uso subcutáneo a una única dosis semanal y se han desarrollado instrucciones de autoadministración para los pacientes, que les han dado mayor autonomía en su día a día, entre otros desarrollos. “Disponemos de tanta evidencia científica, que etanercept se ha convertido en un medicamento clave en el arsenal terapéutico de Reumatología”, concluye Román Ivorra.