Los
inhaladores de polvo seco (DPI) y los
inhaladores de niebla suave (SMI) presentan una huella de carbono reducida en comparación con los inhaladores de dosis medidas presurizados (pMDI). Así lo ha demostrado un
estudio publicado por Asthma + Lung UK, que detalla que, al carecer de propulsores que emitan potentes
gases de efecto invernadero, estos inhaladores contribuyen a la salud del paciente y del planeta.
Los
beneficios no se limitan al planeta;
los inhaladores de polvo seco ofrecen ventajas prácticas para los pacientes. Muchos adultos encuentran los DPI
más fáciles de usar que los pMDI, gracias a su activación mediante la respiración. Además,
no requieren de un espaciador, lo que hace que estos inhaladores también se destacan por su portabilidad, facilitando su transporte y uso en diversas situaciones.
Consejos de expertos para una transición informada
A pesar de estos beneficios, el cambio de inhalador no debe tomarse a la ligera. Según indica este estudio, la decisión de adoptar un inhalador con bajas emisiones de carbono debe ser discutida y
guiada por profesionales de la salud. Por este motivo, se aconseja
acudir al médico de cabecera, a un enfermero respiratorio o a un farmacéutico. Ellos serán quienes proporcionarán la capacitación necesaria para garantizar la correcta administración del tratamiento
En este proceso, es fundamental entender que
el cambio no se asocia con un empeoramiento de los síntomas ni con un mayor riesgo de ataques de asma o brotes de EPOC. Además, el informe sugiere que adquirir una
técnica correcta con este tipo de inhaladores es un proceso “rápido y sencillo”.
“Si le piden que pruebe un
nuevo inhalador con bajas emisiones de carbono, vale la pena intentarlo. La
técnica del inhalador cambiará, pero su medicamento seguirá funcionando de la misma manera”, explica el informe.
Ventajas de los inhaladores en polvo seco
Una de las
ventajas, según recoge este estudio, es que cambiar el tipo de inhalador
no aumentará los costes de las recetas; además, señala que se pueden acoger a planes de bajos ingresos o ayudas para aliviar la carga financiera.
Además, la mayoría de los
DPI y SMI cuentan con un contador de dosis incorporado, lo que facilita el seguimiento y la
planificación anticipada del tratamiento. Por el contrario, los pMDI, por lo general, no tienen un contador de dosis, por lo que puede resultar difícil saber cuándo se ha acabado el medicamento. “Llevar un
registro de cuántas inhalaciones ha dado de su inhalador pMDI significa que no terminará usando un inhalador vacío”, señala el informe.
Guía para reducir la huella de carbono de los inhaladores
Para obtener más información sobre cómo
reducir de forma segura y eficaz la
huella de carbono de la prescripción de inhaladores en colaboración con los pacientes,
Greener Practice ha elaborado una guía en la que explican cómo cambiar los inhaladores de forma segura y eficaz.
En ella, además, se indica a los profesionales ofrecer los
inhaladores de polvo seco o de niebla suave como
primera opción, siempre que sea “clínicamente apropiado”.
Junto a esto, se recuerda que es importante que cualquier decisión de prescribir o cambiar el inhalador para el asma de un paciente sea el
resultado de una conversación individualizada y compartida con los pacientes y sus cuidadores. "Los inhaladores que contribuyen a reducir la huella de carbono no son necesariamente más caros y pueden ser más baratos", sostiene el documento. "También se deben tener en cuenta los ahorros derivados de la reducción del número de inhaladores y una mejor atención", añade.
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