Desentrañar el
funcionamiento del cerebro constituye no solo un desafío en mayúsculas sino una llave de conocimiento capaz de cambiar el rumbo de
enfermedades neurológicas y psiquiátricas procurando un
tratamiento ajustado a cada paciente. Cuanto mejor engrasada esté la maquinaria investigadora, más profunda será la comprensión de estas patologías y más acertadas las
estrategias preventivas que se desarrollen desde las consultas.
Con el objetivo de ofrecer un futuro más prometedor a los pacientes, la comunidad científica apunta a este reto habilitando caminos de conocimiento por las que puedan transitar profesionales y pacientes a la hora de
optimizar al máximo los resultados clínicos, como por ejemplo la
identificación de subtipos de trastornos neurológicos y psiquiátricos. Avances como el reconocimiento de biomarcadores o ciertas técnicas de neuroimagen han permitido dar pasos en firme y facilitar una
intervención temprana del paciente al detectarse, de forma precoz, anomalías y
factores de riesgo durante la valoración. Este preciso conocimiento científico será además un acicate para la elaboración de
enfoques terapéuticos cada vez más efectivos e individualizados, capaces de mejorar la
calidad de vida y el bienestar emocional de aquellos que sufren trastornos del cerebro y la mente.
En esa ambición, destacan los tratamientos basados en
anticuerpos monoclonales, derivados de una prolongada labor investigadora y una apuesta decidida por la innovación, y que han supuesto una auténtica revolución en su abordaje, así como una tabla salvavidas para algunos de estos enfermos, a los que se solicita un mayor
autocuidado y un
papel activo en la toma de decisiones clínicas.
Debate 'Enfermedades del cerebro: un reto investigador que también mira a la prevención', al completo.
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Seguir avanzando en esta dirección es el propósito de los profesionales sanitarios que participaron en el debate 'Enfermedades del cerebro: un reto investigador que también mira a la prevención', celebrado por
Redacción Médica en Santander, con la colaboración de
Lundbeck. Como experto en Neurología,
Julio Pascual Gómez, jefe de Servicio en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, remarcaba el valor que suponen estos tratamientos "selectivos",
más efectivos y con menos efectos adversos que los fármacos clásicos, al dirigirse a una diana concreta y "perfecta", como puede ser el gen de la calcitocina (
CGRP) en el caso de la
migraña, y cambiar el paradigma de
enfermedades neurodegenerativas como el
alzheimer o la
esclerosis múltiple.
"Mi experiencia dice que resistirse a las terapias que realmente han supuesto un avance como son los
anticuerpos monoclonales es muy difícil", apuntaba Pascual al hablar de la necesidad de homogeneizar el acceso a este tipo de manejo innovador y
evitar inequidades entre comunidades autónomas. Esa "óptima gestión" pasa por evitar ser
"cortoplacistas" e incluir
"el coste de la enfermedad global" en la evacuación económica, no solo el coste del medicamento", a ojos de Flora Pérez Hernández, jefa del Servicio de Gestión Farmacéutica de la Consejería de Sanidad de Cantabria.
Esto supondría analizar los costes "sanitarios, económicos y sociales" en conjunto, "no solo el coste directo", para después trazar la inversión "organizativa" necesaria y su repercusión". "El último estudio, del Spanish Atlas del 2020, estima el
coste anual total de una migraña crónica es de 16.578 euros; que
comparado con lo que es una inversión en anticuerpos monoclonales, resulta eficiente", explica la responsable de gestión.
"Vamos a asistir a los
avances en Neurociencias y en Neurodesarrollos, vamos a innovar en
Neurotecnología. Tenemos herramientas de supervisión, análisis predictivo... Pero claro, todo esto tenemos que hacerlo con
responsabilidad y con transparencia", aclaraba, por su parte, Pérez.
Sin embargo, a nivel de gestión "no es posible introducir todo urgentemente y en todos los sitios", aclaraba Pascual, a favor de llegar a "un pacto" y hacer partícipes a los propios pacientes en este planteamiento, dado el progresivo aumento de demandas fruto de la
"sobreinformación" y la entidad otorgada a las redes sociales.
Aunque con ritmos e itinerarios diferentes, la
Psiquiatría también ha vivido de lleno esa evolución en cuanto a
tratamientos farmacológicos y técnicas como la
terapia electroconvulsiva o las terapias de estimulación, permitiendo "institucionalizar a muchas personas y darles la oportunidad de hacer una vida normal", indicaba Jesús Ángel Artal Simón, actual jefe de esta especialidad en el mismo hospital cántabro.
Cómo detectar Alzheimer décadas antes de su aparición
Alcanzar el margen de mejora exige, no obstante, asentar la
estrategia estratificada que se explora hoy en día y que trata de "juntar pacientes" e ir un paso más allá en la personalización al contar con "suficientes
marcadores biológicos y conocimientos". "La innovación tiene que ser organizativa y tiene que ser también al hilo de los avances terapéuticos que se están produciendo. pero nos falta dar ese salto para luego adquirir tratamientos de precisión".
El ascenso
futuro de la Neurología promete traer soluciones médicas dentro del campo de la medicina personalizada, en opinión de este neurólogo, convencido de que "en los próximos años vamos a ver una explosión auténtica en el tema de la manipulación genética". La otra gran "revolución" en esta especialidad vendrá de la mano de la
tecnología, hasta el punto de ser capaces de predecir, mediante técnicas de
Inteligencia Artificial, neuroimagen y biomarcadores la aparición de patologías como el alzheimer, décadas antes de su aparición, incluso desde la adolescencia. "Vamos a tener neurodesarrollo, vamos a hacer innovación de neurotecnología. Tenemos cámaras, análisis predictivo... Pero claro, todo esto tenemos que hacerlo con
responsabilidad y con transparencia", aclaraba, por su parte, Pérez.
Flora Pére y Julio Pascual.
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Prevención basada en la educación y decisión del paciente
Igual de importante que anticiparse a la enfermedad es intentar prevenirla, a ojos de
Rubén Roberto Cebrecos, como director médico de Atención Primaria del Servicio Cántabro de Salud. Coincidiendo con el resto de ponentes en el debate, el profesional insiste en la necesidad de guiar al paciente en el cuidado de su salud y hacerle copartícipe siempre "en los distintos tipos de tratamientos, las distintas alternativas y en las decisiones que se van a tomar".
Una mayor
educación del paciente "sano", sería por tanto, uno de los objetivos prioritarios de este nivel asistencial, para hacerles conscientes de "cómo utilizar los recursos sanitarios". "Ese apellido de Comunitario que tenemos de la
medicina de Familia es algo que no hemos desarrollado, que sí que lo tenemos, pero hemos trabajado poquito en ello por distintos motivos", apelaba Cebrecos.
La Administración será garante de este papel del paciente, según Pérez, siempre que consiga reconducir el rumbo hacia "
posicionamientos terapéuticos mucho más flexibles, con muchos más nodos de decisión, para que en función de la de las preferencias o la situación de cada paciente, se pueda elegir un medicamento u otro".
Por su parte, el profesional, debe saber cuándo es mejor
quedarse al margen y 'no hacer', aclara Cebrecos, en un intento de desterrar la medicalización de la vida diaria y las consecuencias de un excesivo tratamiento. "Lo que haces es producir atrofia, es decir, lo que estás haciendo es dando medicación a gente que no necesita esa medicación y tiene efectos secundarios. O radiar continuamente a gente con 20.000 radiografías. Las hacemos porque pensamos que cuanto más hagas, mejor lo vas a hacer. A veces
menos es más"
Jesús Ángel Artal y Rubén Roberto Cebrecos, en un momento del debate.
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Instantes del debate celebrado en Santander.
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