Entrar en una farmacia y adquirir un
producto homeopático etiquetado como
medicamento, es posible. Una práctica que muchos consideran como
"publicidad engañosa" puesto que este tipo de preparados no disponen de una "eficiencia clínica demostrada".
Los ejemplos, explica Elena Campos, doctora en Biociencias Moleculares, son numerosos: Homeovox, Oscillococcinum, Coryzalia, Stodal, de
Boiron; Eutol, Oscilogrip, Engistol de Pharmasor (
Soria Natural), Ergigoheel, Invergriphi, Oculoheel, Hormeel, de
Heel... Incluso Sedatif, el producto que se utiliza en los 'suicidios homeopáticos' que realizan distintas agrupaciones ingiriendo una dosis alta para demostrar la ineficacia de la 'medicina alternativa'.
Ninguno de estos productos, afirma la profesional, cuentan con "la autorización necesaria "para su comercialización, al no figurar en el registro de fármacos de la
Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Aún así pueden ser comprados en una Farmacia bajo la denominación de "medicamento homeopático", junto a otros productos obligados a especificar tanto sus efectos adversos como su efectividad.
Un hecho que, según explica el abogado Fernando Frías contradice la legislación vigente, en la que se prohíbe la comercialización de medicamentos que no hayan obtenido previamente la correspondiente
autorización y número de registro. "Hasta nuestro conocimiento, ningún homeopático los tiene", aclara. Al tener la consideración de medicamentos, se les aplica además un
IVA súper reducido del 4 por ciento.
Esto se debe a una especie de salvoconducto que permite seguir poniendo a la venta dichos productos mientras son
evaluados por la AEMPS. El proceso comenzó hace ahora 2 años, en 2018, con la publicación de una Orden Ministerial en la que se determinaban los requisitos mínimos y el procedimiento para que estos productos homeopáticos quedaran acogidos a la disposición transitoria sexta del Real Decreto 1345/2007, de 11 de octubre. Es decir, para que se adecuaran al procedimiento de
autorización, registro y condiciones de dispensación al igual que todos los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, tal y como explican fuentes del Ministerio de Sanidad a
Redacción Médica.
Desde entonces, "solo los productos homeopáticos que se encuentran incluidos en esta resolución" pueden distribuirse en el mercado. Solo se retirarán del mercado si la resolución no es favorable. No obstante, dicha norma
no impide su venta "hasta que se produzca su evaluación y se resuelva sobre la autorización", por lo que pueden seguir comercializándose al amparo del Real Decreto mientras dure este 'impasse'.
Lo hacen además bajo "la consideración de medicamentos y, por tanto, se les aplica el
IVA del 4 por ciento. "Lo que resulta aún más vergonzoso si cabe", en opinión de la también presidenta de la
Asociación para proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP).
Que sigan en el mercado no significa, eso sí, que estén autorizados por la AEMPS, según aclaran desde el Ministerio. Por su parte, el Consejo General de Farmacéuticos solo incluye aquellos que figuren en el Anexo I de la Resolución de 21 de diciembre de 2018 ya que aquellos que no se adecuaron al RD fueron "eliminados" directamente de su buscador.
Partes del Muro de Berlín para curar el aislamiento
Para Elena y Fernando, esto no es suficiente. Bajo su punto de vista, la legislación "no debería permitir que se vendiesen como medicamentos
simples placebos" a los que se "atribuyen propiedades no demostradas", ni que se se ofrezcan como "terapias prácticas supersticiosas anteriores a la medicina científica" ya que pueden inducir a engaño.
No solo eso. Aunque resultan "inocuos" para la salud, estos "placebos" pueden llegar a ser
peligrosos si son recomendados por un médico y con ellos se "retrasa un tratamiento (real) necesario", a veces con "graves consecuencias". Además, la homeopatía tiende a incluir un conjunto de creencias de por sí peligrosas al "basarse en postulados pseudocientíficos", explica la experta. Sus teorías contemplan cada enfermedad como un "desequilibrio de una fuerza vital que anima a los seres vivos" capaz de curarse con "síntomas similares" proporcionados por estos productos.
"El problema es que ese parecido es a veces
simplemente alegórico, lo que lleva al uso de remedios homeopáticos tan absurdos como las
abejas maceradas para el dolor agudo -por su similitud con el aguijonazo de una abeja-, el café para tratar el insomnio, fragmentos del
Muro de Berlín para la sensación de aislamiento o agua del Amazonas para las mujeres 'poco femeninas'".
Es más, algunos, en su opinión, "deberían haber sido retirados del mercado" hace años. Concretamente desde 1985, fecha en la se abrió el primer proceso para que los fabricantes de estos productos solicitaran su autorización. Sin embargo, no se otorgó ninguna dentro del plazo legalmente previsto, por lo que las solicitudes quedaron desestimadas por silencio administrativo.
Medicamento sí, pero "sin indicaciones terapéuticas aprobadas"
La legislación europea, explican, es incluso más permisiva ya que autoriza su venta como "medicamentos"
sin exigir a los fabricantes que demuestren su eficacia. Algo que "no tiene sentido", opina Elena. "Si son medicamentos deben tener un efecto terapéutico demostrable, y si no lo tienen no deberían ser vendidos como medicamentos".
La Comisión Europea ya dejó clara su postura en 2018. En una pregunta formulada por España en el Parlamento Europeo, aseguró que no tenía previsto "evaluar ni modificar la legislación" al respecto, recordando, eso sí, que no está permitido asociar "
declaraciones de carácter clínico con los medicamentos homeopáticos sin que se demostrara su eficacia terapéutica". Por ello, todos deben incluir una etiqueta que especifique su condición de "medicamento homeopático sin indicaciones terapéuticas aprobadas", además de una advertencia para que "el usuario consulte a un médico si los síntomas persisten".
Si los fabricantes quieren incluir indicaciones deben demostrarlo con
ensayos clínicos. No obstante, los países están autorizados para adoptar medidas propias en la evaluación de las pruebas preclínicas y clínicas de los productos con indicación terapéutica, lo cual en la práctica, permite que se vendan como "
medicamentos con eficacia probada productos que realmente no lo son", denuncia Fernando.
Dentro de Europa, encontramos casos concretos como el de
Francia, mucho menos permisivo con la 'medicina alternativa'. En los últimos dos años el Gobierno galo ha implantado una serie de medidas más restrictivas que han supuesto un duro 'revés' para el sector. La Seguridad Social ha dejado de cubrir cualquiera de estos productos, cuyo IVA se ha visto incrementado del
2 al 10 por ciento desde el pasado 1 de enero.
España, además de sacar adelante el
Plan CoNprueba por parte de los ministerios de Ciencia y Sanidad, también aprobó el
RD 2019 para proteger contra las pseudoterapias. En concreto, la modificación del artículo 55 referente a los productos con indicación terapéutica elimina la referencia a su "naturaleza homeopática". Un precepto que podría utilizarse "como coladero para prescindir de los ensayos clínicos", afirma Fernando.
Por contra, organismos como la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles consideran un
'logro' que la homeopatía pueda venderse como medicamento en las farmacias.
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