Esta semana se celebra en Alemania un juicio que puede suponer un nuevo problema para la credibilidad de Grünenthal. Andreas Meyer, víctima de la talidomida que nació sin brazos ni piernas, demanda a un antiguo miembro de la Junta Directiva de la Fundación Contergan, Karl Schucht por una serie de calumnias que presuntamente vertió contra él. Dicha fundación es un órgano estatal creado para resarcir a las víctimas y que cuenta con financiación de la propia farmacéutica
En concreto, Meyer se refiere a una carta que Schucht remitió a los miembros de un comité parlamentario de Alemania. En la misiva, Schucht afirmadba que Meyer había referido a dicho comité falsedades acerca de acciones desarrolladas por la Fundación Contergan.
Meyer afirmaba que durante 30 años Grünenthal había tenido acceso a los archivos médicos de las víctimas que se guardaban en la Fundación Contergan así como que había pagado a expertos médicos de la propia fundación.
En su carta, Schucht afirmaba que Grünenthal en ningún momento tuvo acceso a los expedientes médicos de las víctimas de Contergan, pero que los archivos siempre los tiene la Fundación Contergan. Además, afirmó que los expertos de la Comisión Médica siempre fueron pagados con fondos de la Fundación Contergan.
Responsabilidad del Gobierno
Si Meyer gana el juicio significará que Schuht ha mentido al parlamento, pero que también lo ha hecho el propio Gobierno alemán. El Ministerio Federal de Asuntos de la Familia, responsable de la supervisión de la Fundación Contergan desde 1972, declaró en una respuesta a una interpelación menor por el Grupo Parlamentario Die Linke que la carta de Schucht también expresaba la opinión del Gobierno Federal
Un tema central, según Meyer, es el doble papel del abogado Herbert Wartensleben que también ha sido invitado como testigo por el Tribunal Regional de Bonn. Desde 1972 hasta el final de 2003, Wartensleben fue presidente de la Comisión Médica de la Fundación Contergan, que juzga si una víctima está o no dañada por Contergan y también evalúa el grado del daño y, por tanto, la pensión que le corresponde. Posteriormente, Wartensleben actuó nuevamente como representante legal de Grünenthal en casos relativos a Contergan como el relativo a las demandas sobre el largometraje 'Eine einzige Tablette' (Una sola tableta).
"El caso se refiere a la cuestión de si la Fundación Contergan fue, o quizá todavía es, un agente encubierto de la filial de Grünenthal bajo los ojos del Gobierno Federal", ha señalado Meyer.
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