Grifols reconoce pérdidas de 80 millones por su ‘golpe’ en EEUU

La no aprobación por la FDA de Linhaliq ha provocado, además, una demanda colectiva pendiente de resolución

Víctor Grifols Deu y Ramón Grifols, consejeros de Grifols.

31 ene 2018. 16.30H
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POR REDACCIÓN
Grifols ha cuantificado el golpe que va a suponer para la compañía que Linhaliq, medicamento de Aradigm (empresa de que Grifols es socio mayoritario, con una participación del 35 por ciento), no haya contado con la aprobación de la Food & Drugs Administration (FDA): unos 80 millones de euros.
 
Así lo indica la multinacional de hemoderivados en el comunicado que ha enviado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Según este documento, el “deterioro” de los activos de Grifols ha supuesto “aproximadamente 80 millones de euros”.
 
“El principal activo de Aradigm era la obtención de la autorización de la FDA para la comercialización de su producto Linhaliq. Con fecha 29 de enero de 2018, Aradigm comunica que no ha obtenido la aprobación por parte de la FDA para comercializar su producto, Linhaliq. En este momento, se confirma que el proyecto no es viable”.
 
La propia empresa de hemoderivados admite que “esta confirmación implica reconocer un deterioro de la totalidad de los activos relativos a Aradigm”.
 
Demanda pendiente
 
Precisamente,  la no aprobación de la FDA ha provocado que Grifols se enfrente a una demanda colectiva que le podría costar millones de euros.
 
Como ya ha contado Redacción Médica, el bufete estadounidense Holzer& Holzer ha presentado una demanda colectiva contra Aradigm por haber hecho “declaraciones falsas y engañosas con respecto a sus ensayos clínicos entre el 27 de julio de 2017 y el 8 de enero de 2018” en nombre de los inversores que compraron acciones a lo largo de este periodo.
 
Cuando se conoció la decisión de la FDA, las acciones de la compañía, que habían estado subiendo en los últimos meses, se desplomaron un 65 por ciento en el Nasdaq, que es el índice en el que cotiza.
 
Durante este periodo, la demanda alega que se hicieron “declaraciones materialmente falsas y engañosas” sobre los resultados de los ensayos clínicos que llevaron a la FDA a rechazar el producto. “Tergiversaron y / o no divulgaron hechos adversos relacionados con los resultados comerciales, operativos y financieros de la compañía, que eran conocidos por los demandados o imprudentemente ignorados por ello”.
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