Tras más de dos años desde el inicio de la
pandemia de SARS-CoV-2, las vacunas disponibles para hacerle frente han supuesto el control de la enfermedad y, ahora que la población está vacunada, el
perfil del paciente ha evolucionado, siendo ahora personas con condiciones de alto riesgo, personas de edad avanzada y que presentan comorbilidades o personas mayores que
no están vacunadas, incluyendo aquellas con vacunación completa que no han padecido la enfermedad en los últimos 3 meses. Además, las variantes del virus obligan a permanecer alerta y a que los especialistas estén preparados ante cualquier eventualidad, con nuevos
modelos de tratamiento y prevención de la enfermedad establecidos, y con posibilidad de actuar antes de que la misma progrese. Estas han sido algunas de las principales conclusiones a las que ha llegado el grupo de expertos que ha participado en el
programa Campus Covid-19: 'Actualización en el manejo del nuevo perfil de paciente Covid-19'.
El programa, organizado por la editorial científica Lexic Vivactis S.L. con la
colaboración de Gilead y avalado por la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), tres de las sociedades más involucradas en el
manejo del paciente con SARS-Cov-2, ha tenido lugar en Madrid y ha sido coordinado por Marta Bodro, facultativa especialista de área en el Departamento de Enfermedades Infecciosas del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, y por Juan González del Castillo, jefe de la Unidad de Urgencias del Hospital Universitario Clínico San Carlos. Los dos han resaltado la incorporación e involucración de nuevos especialistas para en el manejo de esta enfermedad, como es el caso de urgencias y de médicos que llevan la atención y el seguimiento a
pacientes trasplantados o hematólogos y especialistas en procesos oncológicos.
En ese sentido, Bodro ha incidido en que "ahora estamos en el mejor momento desde que empezó la pandemia, puesto que hay
pocos pacientes hospitalizados y pocos casos graves en las UCIS. Pero eso no significa que tengamos que olvidarnos de esta infección, porque los pacientes
siguen ingresando. De hecho, debemos seguir formándonos con programas como este, ya que las guías y los protocolos de tratamiento han ido evolucionando y es importante que los sanitarios nos vayamos actualizando, viendo qué ha cambiado en la manera en la que se trata a los pacientes, ya sea a nivel hospitalario o ambulatorio". Asimismo, ha añadido que "mediante lo aprendido y la
formación continuada podemos detectar qué pacientes que están bien pueden empeorar y, gracias a los fármacos que les administramos,
evitamos el ingreso y que progrese la infección, y que lo haga a formas graves".
Una pandemia "cíclica"
Por su parte, González del Castillo también ha explicado que "una de las cosas que se han aprendido en estos dos años es que esta pandemia
está siendo cíclica y que es muy posible que vuelva a surgir una nueva ola. Por eso, es fundamental seguir
actualizando los conocimientos de los sanitarios, ya que siguen surgiendo novedades, nuevos datos de incidencia, nuevas variantes… Pero lo clave es la disponibilidad de nuevos tratamientos que pueden
evitar la progresión de la enfermedad del paciente".
"Es fundamental
evitar la hospitalización del paciente porque esto puede volver a impedir que el sistema sanitario siga funcionando con normalidad – al impactar en el
retraso en las consultas y en las operaciones quirúrgicas, como hemos vivido-. Pero también es sustancial evitarlo por el propio paciente, porque el nuevo perfil del paciente que está ingresando por Covid-19 es, fundamentalmente, de edad avanzada y que presenta comorbilidades. Un
anciano frágil en el que un ingreso tiene un importante impacto negativo y en el que se pueden producir efectos adversos, como delirium o agitación, ya que la inmovilidad condiciona su deterioro funcional", añade González del Castillo.
Por su parte, Marisa Álvarez, Executive Director, Medical Affairs de Gilead en España, explica que "este programa es una muestra más del compromiso de Gilead con la
formación médica continuada y de excelencia". "Además, buscamos generar mayor conocimiento científico que pueda ser aplicable para mejorar las condiciones de vida de los pacientes. Nuestro compromiso con la lucha frente a Covid-19 ha quedado patente desde la primera ola originada por el SARS-Cov-2, sigue vigente y continuará en el futuro hasta que se logre el
control del virus", indica.
Finalmente, los coordinadores de este programa han coincidido en que hay que estar preparado porque pueden llegar
nuevas olas de SARS-CoV-2 para este otoño e invierno y que no es posible saber si surgirán nuevas variantes. La pandemia no ha concluido, aunque esté controlada, pero al llegar el invierno deberá convivir con el impacto de la gripe y de otros virus que producen patologías respiratorias. Por este motivo, se torna "clave" la gestión del paciente en la Atención Primaria y en los Servicios de Urgencia de los hospitales, recibiendo la
primera dosis de tratamiento antiviral-si es necesario- para evitar una progresión de la enfermedad que derive en ingreso y en posible aumento de la mortalidad.
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