Con motivo del
Día Mundial del Riñón, GSK ha liderado diversas iniciativas, entre las que destaca la participación en un programa de radio, con el objetivo es el de visibilizar la importancia de cuidar la
salud renal y a reflexionar sobre estrategias conjuntas con profesionales sanitarios y pacientes para mejorar el abordaje de patologías como la
enfermedad renal crónica y la anemia asociada o la nefritis lúpica; así como del riesgo incrementado que presentan estos pacientes de sufrir infecciones y de que éstas sean más graves respecto de la población sin estas condiciones.
Según ha informado la entidad este jueves, el programa de radio, que se ha emitido desde las instalaciones de la compañía en Tres Cantos (Madrid), ha perseguido
aumentar el conocimiento de enfermedades renales. En él, han participado expertos como el jefe de servicio de nefrología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid,
José María Portolés, y el presidente de la federación de asociaciones de pacientes ALCER y paciente renal,
Daniel Gallego.
Un mal funcionamiento de los riñones condiciona la salud de cada vez más personas en nuestro país:
una de cada siete personas en España vive con Enfermedad Renal Crónica (ERC).
La enfermedad renal crónica (ERC) consiste en una
alteración de la estructura y función renal que afecta a la capacidad de los riñones para eliminar las toxinas, concentrar la orina y conservar o producir determinados componentes esenciales de la sangre. En fases avanzadas, requiere un
tratamiento sustitutivo renal mediante diálisis o un trasplante de riñón. Es una enfermedad
en aumento, que ya está en el “top 10” de causas de mortalidad en todo el mundo y se espera que sea la segunda en España antes de final de siglo.
La presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y jefa de Servicio de Nefrología del Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid,
Patricia de Sequera, ha explicado que muchos pacientes “no se diagnostican porque la ERC
no produce síntomas, no duele como el infarto, no ahoga como la enfermedad pulmonar, no produce síntomas hasta que está muy avanzada”.
Según ha matizado Sequera, la ERC se clasifica en
cinco estadios o grados. En el 1 la función renal es normal y en el 5 el paciente tiene un filtrado inferior a 15 mL/min y está a las puertas de la diálisis o el trasplante. Hasta los estadios 4-5 no hay síntomas y “a menudo
se detecta tarde, por lo que se considera como una de las enfermedades silenciosas del siglo XXI”.
La ERC, además, provoca
complicaciones que afectan de manera negativa a su pronóstico. Una de las más relevantes es la
anemia renal, que empeora a medida que aumenta el deterioro de la función renal. Uno de cada cinco pacientes con ERC la presenta, lo que les impacta de forma directa en su calidad de vida, con fatiga, mareos, falta de concentración y dificultad para realizar tareas cotidianas. “Algunos pacientes lo describen como que ‘les falta la vida’”, comenta Sequera.
Los síntomas del ERC y su importancia para prevenirlo
Los doctores coinciden en que existe un margen de mejora para adelantar el diagnóstico y para optimizar el abordaje de la ERC y la anemia asociada. En este sentido, la campaña “
La línea roja de la anemia renal”, impulsada por GSK dentro del Instituto Nacional de Anemia Renal (INAR), con el aval de SEN, SEDEN y ALCER, busca concienciar a la población general acerca de la importancia del control de la hemoglobina en las personas que viven con ERC.
Para
Daniel Gallego, la ERC “significa un antes y un después en tu vida, con muchas limitaciones diarias, físicas, nutricionales y de estilo de vida. Tienes que aprender a manejar los síntomas, estar más pendiente de tu cuerpo para intentar estar lo mejor posible”.
Entre estos síntomas, están los de la anemia renal que, por
inespecíficos, Gallego considera que “puede incluso confundirse con la
depresión, pues son el cansancio, la falta de apetito o las pocas ganas de hacer cosas”. El presidente de ALCER recuerda a los pacientes renales que es importante reportar estos síntomas
cuanto antes al médico y, a su vez, el médico debe preguntar a los pacientes cómo se sienten o si se sienten bien con el tratamiento prescrito.
Además, acorde con Gallego, “la población general debe empezar a darle
importancia a la ERC y cómo prevenirla”. “Al igual que todo el mundo se preocupa por el colesterol, deben empezar a saber lo que es la
creatinina”, explica. “Los riñones están trabajando 24 horas al día y nunca les damos la importancia que tienen”, concluye.
La enfermedad renal también puede ser consecuencia de otras patologías, como el
lupus. Alrededor del 40% de los pacientes con lupus llegan a desarrollar nefritis lúpica, y un 20% de los pacientes con nefritis lúpica pueden desarrollar enfermedad renal terminal en los 10 años posteriores al diagnóstico.
Además, los profesionales y pacientes también coinciden en la necesidad de
concienciar sobre la vulnerabilidad de los pacientes con ERC y de su mayor riesgo de padecer enfermedades infecciosas, infecciones que puedan comprometer la supervivencia de los pacientes renales, desencadenar un rechazo del trasplante o la desestabilización de su enfermedad. Por este motivo informar sobre
medidas de prevención, como las
vacunas, es especialmente relevante en estos casos.
En este sentido, el contacto con los profesionales sanitarios para estar informado y conocer bien los síntomas de la enfermedad cobra un papel muy relevante. El presidente de la Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN),
Juan Francisco Pulido, considera que “desde el primer momento que la persona con insuficiencia renal entra en contacto con el sistema sanitario, los profesionales de la enfermería nefrológica son quienes
acompañan al paciente, le educan en salud, guían en la toma de sus propias decisiones, entrenan en las habilidades que son necesarias, les informan de los signos de alarma y proporcionan los cuidados que ellos no pueden realizar”.
La ERC pasa por
diferentes fases, y es muy importante que tanto el paciente como su familia se sientan arropados y atendidos. “La relación de la enfermería nefrológica con las personas que viven con insuficiencia renal no es una relación “estándar” de enfermería-paciente. La enfermería siempre estará a su lado y del de su entorno familiar. Se crean lazos muy fuertes y que, en multitud de ocasiones, se prolongan a lo largo del tiempo”, concluye Pulido.
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