La
Inteligencia Artificial (IA) puede ser un arma potente si se aplica en el campo de los medicamentos, ya que generaría nuevos conocimientos y mejoraría los procesos. Tal y como confirman fuentes de la Agencia Europea de Medicamentos y Productos Sanitarios (EMA, por sus siglas en inglés) a
Redacción Médica, el uso de esta herramienta y del aprendizaje automático en el
ciclo de vida de los medicamentos se están estudiando en estos momentos a nivel europeo y hay un documento abierto a consulta pública sobre ello.
"Con este documento, abrimos un diálogo con desarrolladores, académicos y otros reguladores para
discutir formas de avanzar, garantizando que se pueda aprovechar todo el
potencial de estas innovaciones en beneficio de la salud de los pacientes", sostiene Peter Arlett, jefe del Departamento de Farmacovigilancia y Epidemiología de la EMA.
En este sentido, la agencia organizará en noviembre un taller conjunto sobre
IA con jefes de agencias de medicamentos que se centrará en el abordaje de la inteligencia en un mundo en rápida evolución. Concretamente, los objetivos del taller son hacer partícipes a las partes interesadas sobre los avances de la IA, las políticas y las posibles aplicaciones en la regulación de medicamentos; informar sobre las actividades de la EMA sobre este tema; y debatir el borrador del documento de reflexión actual.
Interpretación de datos de fármacos
Asimismo, tanto la IA como el aprendizaje automático tienen
potencial para respaldar la adquisición, la transformación, el análisis y la interpretación de datos durante el ciclo de vida del medicamento. Por ejemplo, la EMA cita que estas tecnologías serían útiles para reemplazar, reducir y
perfeccionar el uso de modelos animales durante el desarrollo preclínico; además de a la hora de
seleccionar pacientes en función de determinadas características de la enfermedad u otros parámetros clínicos. Por último, hay que explotar sus cualidades en el registro y análisis de datos que después se presentarán a los reguladores en los procedimientos de autorización de comercialización.
De hecho, se está estudiando que las aplicaciones de IA tengan funciones como la
redacción, traducción y supervisión de datos que se incluyen en la información de un medicamento. "En la fase posterior a la autorización, estas herramientas pueden respaldar eficazmente, por ejemplo, las
actividades de farmacovigilancia, incluida la gestión de informes de eventos adversos y la detección de señales", concretan desde Europa.
Según explican desde la EMA, introducir la IA en el campo de los medicamentos requiere de
comprender el diseño de los algoritmos, sus sesgos y el impacto que podrían tener en la salud. "Si se utiliza estos sistemas en el contexto del desarrollo, la
evaluación o el seguimiento de medicamentos y se espera que tenga un impacto en el equilibrio beneficio-riesgo de un medicamento, la EMA aconseja a los desarrolladores que busquen
apoyo regulatorio temprano, por ejemplo, mediante la calificación de métodos de desarrollo innovadores (para medicamentos humanos) o asesoramiento científico", argumentan.
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