Hace más de diez años, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el fármaco Luveris de Merck KGaA, diseñado para el tratamiento de fertilidad en mujeres. Sin embargo, el laboratorio no ha llevado a cabo un ensayo posterior obligado tras su comercialización, y ha conseguido bajo petición que la citada agencia le haya quitado el permiso a la farmacéutica alemana para venderlo en el país.
“El beneficio clínico de Luveris no ha sido confirmado y no se han cumplido los procesos que demuestren que es seguro y eficaz”, explica la FDA en un comunicado. El laboratorio, por su parte, ha explicado que la solicitud de retirada sobre el fármaco “no se ha debido a ningún problema de seguridad o eficacia”.
La empresa ha argumentado que el problema estriba en que es muy difícil reclutar mujeres con hipogonadismo hipogonadotrópico que se quieran someter a los ensayos pertinentes, ya que comprenden una pequeña parte de la población.
Lo cierto es que ensayos previos sobre este medicamento no pudieron demostrar que funcionara. Es decir, que ninguno de los estudios controlados con placebo dio pruebas suficientes para apoyar la capacidad de Luveris como tratamiento contra la infertilidad.
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