Este
18 de diciembre, con motivo del
Día Nacional de la Esclerosis Múltiple (EM), se pone de relieve la importancia de la innovación científica y el compromiso con los pacientes que padecen esta enfermedad. La EM es una enfermedad crónica del sistema nervioso central que afecta al cerebro y la médula espinal. Es una
enfermedad autoinmunitaria donde el sistema inmunitario
ataca por error la vaina protectora (mielina) que recubre las fibras nerviosas.
La compañía
Bristol Myers Squibb (BMS) ha sido pionera en el campo de la inmunología durante varias décadas.
Xavier Pérez, Medical Lead Inmunología-Neurociencias de BMS para España y Portugal, describe la trayectoria de la corporación:
“Hace más de veinte años nuestros investigadores fueron pioneros en la ciencia de modular la respuesta inmunológica del cuerpo para tratar enfermedades y hoy en día, contamos con una sólida cartera de programas en investigación en este área".
"Siempre hemos buscado ofrecer soluciones significativas que aborden necesidades no satisfechas en reumatología, gastroenterología, dermatología, esclerosis múltiple y neumología... A lo largo de los años, hemos ampliado nuestro enfoque para
incluir tecnologías avanzadas como la terapia celular y génica, lo que nos está permitiendo ofrecer soluciones más personalizadas, efectivas y seguras para los pacientes", matiza Pérez.
La innovación transforma el abordaje de la esclerosis múltiple
Desde la perspectiva clínica,
Lucienne Costa-Frossard,
neuróloga en el CSUR de Esclerosis Múltiple del Servicio de Neurología de la Fundación para la Investigación Biomédica IRyCIS del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, aborda los avances en investigación y tratamiento de esta patología, ofreciendo una visión de futuro esperanzadora:
“La incorporación de herramientas de diagnóstico más precisas, terapias avanzadas y tecnología orientada a la personalización del tratamiento está transformando profundamente la atención al paciente”. Según la especialista, los biomarcadores, como los neurofilamentos y la GFAP, son fundamentales para optimizar el diagnóstico y las decisiones terapéuticas:
“Estos biomarcadores permiten predecir el pronóstico y la respuesta a ciertos fármacos, facilitando la detección temprana de actividad inflamatoria o progresión de la enfermedad”.
Costa-Frossard también enfatiza el impacto de la tecnología:
“Aquellas de monitorización pasiva, como dispositivos portátiles y aplicaciones digitales, permiten identificar de manera precoz signos de progresión que pueden pasar desapercibidos en visitas clínicas habituales”. Asimismo, destaca el papel de la inteligencia artificial, que
“ha revolucionado la capacidad de procesar grandes volúmenes de datos, beneficiando tanto a médicos como a pacientes con una planificación más precisa y personalizada de los tratamientos”.
Preservar el cerebro: un objetivo prioritario
Uno de los grandes retos en EM es la preservación del cerebro. Al respecto, Costa-Frossard señala los avances más recientes:
"Se han desarrollado tratamientos neuroprotectores e inmunomoduladores más efectivos".
Además, la neuróloga hace énfasis en el enfoque
“Brain Healthy”, que promueve
hábitos de vida saludables como “abandonar el tabaco y el alcohol, practicar ejercicio físico regular, seguir una dieta mediterránea, manejar el estrés, estimular la cognición y mantener un descanso adecuado”. Por otra parte, menciona los esfuerzos en
estrategias de remielinización para revertir síntomas residuales y en robótica para mejorar la rehabilitación y autonomía de los pacientes.
En este ámbito, a juicio de Pérez
, "en el caso de la esclerosis múltiple, nos centramos en proteger el cerebro, ofreciendo innovaciones significativas para ayudar a preservar la función física y cognitiva en las personas que padecen esta enfermedad. Y ahora exploramos
terapias innovadoras como las terapias CAR-T, que tienen el potencial de ofrecer beneficios significativos en términos de eficacia y calidad de vida".
"Como
empresa líder en terapia celular y pionera en la modulación de la respuesta inmunitaria del organismo,
BMS se encuentra en una posición única para llevar el potencial de la terapia celular a una nueva frontera: las enfermedades autoinmunes, donde estamos empezando a
investigar el beneficio de un nuevo CAR-T para tratar formas de lupus y esclerosis múltiple", matiza de hecho el experto.
Y es que a su criterio,
"el área de neurociencias es una parte fundamental de nuestra estrategia de investigación global". "El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo; tiene intrincadas redes de neuronas y neurotransmisores que estamos empezando a entender mejor. Recientemente hemos logrado avances importantes en el desarrollo de tratamientos para
enfermedades como la esclerosis múltiple y la esquizofrenia y seguimos avanzando en la enfermedad de Alzheimer", explica.
El impacto de la investigación en vida real
Sobre la importancia de los resultados en vida real, Costa-Frossard explica que estos estudios son esenciales para ajustar las recomendaciones clínicas:
"Los resultados en vida real reflejan cómo los tratamientos funcionan fuera del contexto controlado de los ensayos clínicos, proporcionando datos sobre su efectividad y seguridad en pacientes más diversos". "Estos datos son esenciales para ajustar las guías clínicas, identificar brechas terapéuticas y mejorar la personalización del tratamiento; por ejemplo,
pueden revelar efectos secundarios no observados en los ensayos o confirmar beneficios en poblaciones específicas", matiza.
La especialista subraya además que una relación más abierta y colaborativa entre médicos y pacientes mejora el manejo de la enfermedad:
“La comunicación abierta no solo reduce la ansiedad y empodera al individuo, sino que asegura una adherencia más efectiva al tratamiento”. Esta colaboración también ha permitido “desarrollar enfoques más precisos, humanizados y efectivos en el tratamiento de la EM”, añade Costa-Frossard.
Compromiso con el futuro de la esclerosis múltiple
Bristol Myers Squibb y especialistas como Costa-Frossard coinciden además en que los avances en esclerosis múltiple representan un cambio fundamental en la vida de los pacientes.
"En las últimas tres décadas
hemos vivido una auténtica revolución en la EM, de tal forma que en la actualidad somos capaces de cambiar radicalmente la historia natural de esta enfermedad", explica la neuróloga
. "Nuestros pacientes viven más y mejor; hemos logrado controlar de forma bastante eficaz los brotes y la formación de lesiones nuevas en resonancia", añade. "Además, adelantamos el diagnóstico a fases presintomáticas y empleamos tratamientos de alta eficacia desde el principio, lo que permite que los pacientes puedan tener una vida libre de secuelas, manteniendo su actividad laboral, familiar y social;
también ha llevado a que se retrase o incluso se evite el paso a formas secundariamente progresivas", explica la experta de la sanidad madrileña.
Xavier Pérez, por su parte, resume el compromiso de BMS afirmando: “Seguimos invirtiendo en neurociencias con la esperanza de transformar tanto la atención clínica como las percepciones sociales de la enfermedad.
No se trata solo de pacientes, sino de personas que merecen la oportunidad de vivir vidas plenas, libres de estigma y miedo”.
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