EPOC | "Infradiagnosticada y el uso de la espirometría es insuficiente"

La 8ª edición del curso Actualización en Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica 2021 ha sacado conclusiones como que los pacientes crónicos tienen un peor acceso a la Atención Primaria y a las espirometrías, dentro del contexto de la crisis sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19.

Esta formación, en formato virtual este año, ha sido organizada por el Área Científica Menarini y ha contado con la coordinación de Marc Miravitlles, especialista en Neumología  del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona y coordinador de la Guía Española para el Tratamiento de la EPOC (GesEPOC).

“Hemos intentado mantener el formato de casos clínicos, presentaciones y talleres y adaptar el curso teniendo en cuenta las opiniones de los participantes para amoldarnos a sus necesidades. Son muchos los profesionales que repiten en esta formación años tras año pues lo consideran muy interesante  de cara a su práctica clínica”, ha manifestado Marc Miravitlles que añade que, “en España, la prevalencia de la EPOC en adultos mayores de 40 años es del 11 por ciento”. 

Uso insuficiente de la espirometría

Este año, los especialistas han puesto el foco en temas de interés como los nuevos algoritmos en la  EPOC, la posible utilidad del cigarrillo electrónico en la deshabituación tabáquica, cómo abordar desde la Atención Primaria los trastornos del sueño en la EPOC, cómo elegir el mejor tratamiento inhalado o  el diagnóstico de la enfermedad a través de radiografías y Tomografía Computarizada. 

En cuanto al diagnóstico de la enfermedad, Miravitlles afirma que se ha avanzado poco, “la EPOC  está infradiagnosticada. Su diagnóstico se realiza a través de la espirometría y, aunque el uso de esta  técnica se ha extendido en el ámbito de la Atención Primaria, los especialistas consideramos que continúa  siendo insuficiente”.
El neumólogo esgrime razones como el entrenamiento necesario por parte de los  profesionales para realizar esta prueba o el tiempo que hay que invertir en su realización como algunas de las principales trabas para que no se realice tanto como sería preciso, “además muchos niveles de asistencia están saturados por lo que no se puede dedicar el tiempo necesario a la realización de  espirometrías”, añade. 

En la jornada también se ha puesto de manifiesto que, en los últimos años los nuevos algoritmos en la enfermedad han aportado dos aspectos fundamentales: los niveles de riego que permiten calificar al  paciente según el riesgo de sufrir agudizaciones, hospitalizaciones o muertes a futuro; y los nuevos biomarcadores, en concreto, el recuento de eosinófilos que facilita a los especialistas la decisión sobre cuál es el mejor tratamiento farmacológico para cada paciente. 

El uso del cigarrillo electrónico

Según el especialista del Hospital Universitari Vall d’Hebron, la posición de los neumólogos frente al uso  del cigarrillo electrónico para hacer frente a la deshabituación tabáquica es unánime: “El cigarrillo electrónico no es útil y no debe utilizarse para dejar el tabaco pues hay personas que comienzan a fumar tras su uso, otras que terminan fumando de manera dual y, además no está claro que presente riesgos  inferiores al tabaco tradicional”. 

El elenco de ponentes que ha participado en esta edición ha estado integrado por los siguientes profesionales: Tomás Franquet del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, Juan Antonio Riesco del Complejo Hospitalario Universitario de Cáceres, José María Marín del Hospital Miguel  Servet de Zaragoza, Jesús Molina del Centro de salud Francia de Fuenlabrada (Madrid), Eva Cabrera del Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga), Patricia García-Sidro del Hospital Universitario de la Plana, Vila-real (Castellón), Mar Martínez del Centro de Salud  Zorroza/Alonsotegui O.S.I. (Bilbao-Basurto) y Enrique Cimas del Centro de Salud de Contrueces – Vega (Gijón).