Elbasvir/grazoprevir, de MSD, logra altas tasas de respuesta en hepatitis C

En pacientes con trastornos sanguíneos hereditarios y con historial de uso de drogas intravenosas

Ángel Fernández, director general de MSD en España.

19 abr 2016. 14.30H
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POR REDACCIÓN
MSD ha anunciado la presentación de los resultados procedentes de dos ensayos clínicos de fase III que evalúan elbasvir/ grazoprevir 50mg/100mg en pacientes con hepatitis C crónica (VHC) con trastornos sanguíneos hereditarios (C-EDGE IBLD) y en pacientes con un historial de uso de drogas intravenosas que están recibiendo tratamiento con agonistas opiáceos (C-EDGE CO-STAR), respectivamente.

Los resultados procedentes del C-EDGE IBLD mostraron elevadas tasas de respuesta virológica sostenida (RVS), 12 semanas después de completar el tratamiento (RVS 12, considerada cura virológica) y un perfil de seguridad coherente con el observado en anteriores estudios (abstract #SAT-128). Los resultados procedentes del C-EDGE CO-STAR mostraron una elevada tasa de RVS, 24 semanas después de la finalización del tratamiento (RVS 24) para la infección crónica inicial por VHC y facilitaron información sobre la incidencia de la reinfección en este grupo de población de alto riesgo (abstract #SAT-163). Los datos de la RVS 24 confirman los resultados del C-EDGE CO-STAR RVS 12  presentados en The Liver Meeting en noviembre de 2015. 

“A fin de reducir la prevalencia global y la posible propagación de la hepatitis C crónica, es importante que desarrollemos evidencias sobre opciones significativas para aquellos pacientes para los que el tratamiento resulte difícil,” afirmó Eliav Barr, vicepresidente de enfermedades infecciosas de Merck Research Laboratories, una división de MSD basada en Estados Unidos. “Los datos procedentes del amplio programa de desarrollo clínico de MSD acentúan el compromiso de la compañía de evaluar elbasvir/ grazoprevir en poblaciones con hepatitis C crónica históricamente poco atendidas y poco estudiadas, tales como los pacientes con trastornos sanguíneos hereditarios o aquellos que reciben un tratamiento con agonistas opiáceos”.

C-EDGE IBLD es un estudio controlado con placebo de fase III, aleatorizado y doble ciego que evalúa el tratamiento con elbasvir/ grazoprevir en pacientes con infección crónica por el VHC de GT1, GT4 o GT6 y trastornos sanguíneos hereditarios, incluida la hemofilia A/B, la enfermedad de von Willebrand, la beta talasemia y la anemia falciforme. Los pacientes fueron asignados al azar en una proporción de 2:1 bien a un grupo de tratamiento inmediato (GTI: 12 semanas de elbasvir/ grazoprevir) o bien a un grupo de tratamiento diferido (GTD: 12 semanas de placebo como brazo de control, seguido de 12 semanas de elbasvir/ grazoprevir  sin enmascaramiento). La variable principal de eficacia en el estudio fue la proporción de pacientes en el GTI que lograron una RVS 12. La seguridad y tolerabilidad se evaluó comparando a los sujetos que recibían elbasvir/ grazoprevir  en el GTI (n=107) con aquellos que recibían placebo en el GTD (n=52).

Tras 12 semanas de tratamiento con elbasvir/ grazoprevir  , el 93% de los pacientes en el GTI (100/107) logró una RVS 12 (cura virológica). Seis pacientes sufrieron recaídas tras doce semanas de tratamiento; en cinco de estos pacientes (3 GT1a, 1 GT1b y 1 GT4) se detectaron polimorfismos basales asociados con la resistencia a NS5A.[2] El estudio no evaluó otros regímenes o duraciones de dosis basadas en elbasvir/ grazoprevir  .

Las reacciones adversas (RA) más frecuentes (superiores al 10%) en los pacientes que recibieron elbasvir/ grazoprevir  durante 12 semanas en el estudio C-EDGE IBLD, en comparación con aquellos que recibieron placebo fueron cefalea (21 por ciento, 12 por ciento) y fatiga (17 por ciento y  8 por ciento) respectivamente. Ninguno de los pacientes que recibían elbasvir/ grazoprevir  interrumpió el tratamiento debido a una RA en comparación con un paciente que recibía placebo. Tres de los pacientes (3 por ciento) que recibieron elbasvir/ grazoprevir  y seis pacientes (12 por ciento) que recibieron placebo notificaron un total de 12 reacciones adversas graves. El tratamiento no afectó a los parámetros hematológicos predefinidos ni tampoco interfirió en el manejo de los trastornos sanguíneos subyacentes.
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