La
industria farmacéutica española quiere ser un ejemplo de transparencia y buen hacer. Por ello, puso en marcha el
sistema de autorregulación para establecer una guía que "garantice la confianza y credibilidad en la promoción de los medicamentos y las interrelaciones del sector". No obstante, esto es una carrera de fondo y adaptarse a las adversidades es clave y en todo ello juega un especial papel
adelantarse a lo que pueda ocurrir.
"Los retos de la autorregulación se basan en la prevención y en la anticipación. Tenemos que ser capaces de identificar aquello que pueda
dar lugar a una situación de riesgo y ver cómo apoyar su mitigación", explica José Zamarriego, director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria en declaraciones a Redacción Médica.
Dentro del sistema de autorregulación se encuentra el
Código de Buenas Prácticas de la industria pharma y es ahí donde se reflejan los principales cambios. Zamarriego lo define como
un "elemento evolutivo" y señala que en él se contemplan, por ejemplo, los
sistemas de comunicación obligatorios que se han ido incorporando en los últimos años.
"El Código tiene la virtud de ir
anticipándose e ir adaptándose a aquello que surge en el mercado y dar respuesta a las compañías
a la toma de decisiones, en un contexto de un riesgo controlado, y que se pueda actuar de forma preventiva", señala Zamarriego.
Conocimiento del Código de Buenas Prácticas
En esta misma línea,
Farmaindustria acaba de lanzar la Certificación del Conocimiento del Código. Se trata de una iniciativa pública a nivel europeo que está dirigida a todos los
trabajadores de la industria farmacéutica y a sus grupos de interés. A través de un examen voluntario que se realizará en octubre el objetivo es "contrastar el conocimiento individual" de dicho documento, acreditar a estas personas e
impulsarles en su desarrollo profesional.
"Nace del interés de reconocer a aquellos que tienen un
conocimiento sobresaliente del Código, que es además de obligado cumplimiento. Es una
forma de recompensarles, identificarles y apoyarles", subraya Zamarriego.
Asimismo, es
una manera de relacionar a sanitarios, organizaciones y trabajadores de la industria para que conozcan los compromisos existentes. "Desde Farmaindustria ayudamos a identificar a todos aquellos que quieren
tener un punto de unión con nuestro sector", apunta.
Hay que tener en cuenta que
este documento de buenas prácticas pretende, en palabras de Farmaindustria, garantizar que la promoción de medicamentos de uso humano, la interrelación con profesionales y organizaciones sanitarias y con las organizaciones de pacientes se lleve a cabo
respetando los más estrictos principios éticos de profesionalidad y de responsabilidad. Por lo tanto, este certificado es
un paso más en el cumplimiento de esta hoja de ruta y asegurar sus principios: la prevención y la transparencia.
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