Las normas aplicadas a las
patentes farmacéuticas podrían cambiar en pro de la "
competencia sana y la accesibilidad de los medicamentos", tal y como señala el sector de los medicamentos biosimilares. De hecho, la
Estrategia Farmacéutica Europea marca nuevas pautas a este respecto y establece distintas medidas que promueven la correcta utilización de las patentes a la vez que se garantiza la
protección de la innovación. Desde la Asociación Española de Medicamentos Biosimilares (Biosim) consideran que las patentes son
un "tema complejo" pero que necesita ser abordado a nivel europea.
"La estrategia, con el fin de aumentar el
acceso equitativo de los pacientes y hacer que los sistemas sanitarios sean sostenibles en la Unión Europea, propone que se garantice una competencia sana cuando
expiren las exclusividades de propiedad intelectual, garantizando la accesibilidad a los medicamentos desde el primer día y eliminando todas las
barreras a una óptima competencia", señalan desde Biosim.
Numerosos aspectos sobre las patentes tendrán cabida en la
Estrategia Farmacéutica Europea que continúa armándose y cuya reforma es posible que
vea la luz en la próxima primavera. Este documento establecerá las bases también de normas nacionales como la
reforma de la Ley de Garantías y servirá también como guía para elaborar el Plan Estratégico de la Industria Farmacéutica.
La revisión de la normativa europea representa una oportunidad única para garantizar que la región pueda
beneficiarse de la vanguardia de la I+D, responder rápidamente a las necesidades de los pacientes europeos y volver a ser líderes mundiales en innovación farmacéutica.
En esta misma línea, el sector apuesta por que esta estrategia concilie tres objetivos básicos de los sistemas de salud: el
mejor acceso de todos los ciudadanos europeos a todos los tratamientos disponibles; la sostenibilidad de las cuentas públicas a través de la
colaboración público-privada, implicando a las administraciones, industria farmacéutica, clínicos, comunidad científica y pacientes; y el desarrollo de la actividad innovadora e industrial de las compañías farmacéuticas. En definitiva, conciliar
acceso, sostenibilidad e innovación en un marco equilibrado para todos los agentes concernidos.
España piensa en diferentes fórmulas para las patentes
Por otro lado, a nivel nacional, la ministra de Ciencia, Diana Morant, anunció la intención del Gobierno de
"revertir patentes" en aquellos casos en los que el resultado científico esté "secuestrado" y no se esté
haciendo un uso social del mismo. Concretamente, el sector farmacéutico aglutina cerca del
10 por ciento de todas las solicitudes de patentes en España, según los últimos datos de la Oficina Europea de Patentes (OEP). En este sentido, las patentes farmacéuticas se enmarcan dentro de los
derechos de propiedad industrial, que a su vez forman parte del régimen de propiedad intelectual.
Tal y como explican desde Farmaindustria, son "un conjunto de derechos concedidos por un Estado al inventor de un nuevo producto o tecnología farmacéutica para
explotar en exclusiva la invención patentada, impidiendo a otros su fabricación, venta o utilización sin consentimiento del titular".
No obstante, esta exclusividad (que dura 20 años) tiene que ir acompañada de la
disposición pública del bien patentado. Como no siempre ocurre así, el Gobierno se plantea tomar medidas para
evitar que las patentes se queden "en un cajón". La idea es incluir esta cláusula en la nueva normativa sobre la creación de empresas de base científica. Tal y como subraya Morant, si una compañía "compra una patente para
secuestrar un resultado científico en beneficio propio", la Administración tendría
potestad para arrebatársela si considera "que no se le da un uso social".
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