La reducción del impacto de la inflación todavía no ha tenido un reflejo en el sector farmacéutico. El
precio de los medicamentos se ha estabilizado en el mes de agosto en una tasa interanual del
1,4 por ciento. El dato mantiene el valor de estos bienes esenciales en su
nivel más alto de los últimos nueve años. Para encontrar una cifra superior en la serie histórica del Índice de Precios al Consumo (IPC) hay que retrotraerse hasta el mes de
abril de 2014.
La tendencia muestra un estancamiento en la evolución de los precios de los fármacos por segundo mes consecutivo. Desde el inicio del 2023 el índice no había parado de crecer progresivamente.
Solo en junio se observó una ligera caída hasta el 1,2 por ciento, aunque el efecto desapareció con la entrada del verano cuando se volvió de nuevo a máximos.
Esta realidad también se puede ver plasmada en otros indicadores como el precio de los
aparatos y los equipos terapéuticos del Sistema Nacional de Salud (SNS) que en agosto se han incrementado un
1,6 por ciento en términos interanuales. Son tres décimas más que la
actualización del mes anterior del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La inflación todavía es más elevada si ponemos la vista en otras variables como el coste de
los servicios médicos que han repuntado un 3,2 por ciento en el último año. Una cifra muy similar a la de las
actividades dentales (3,3 por ciento) o
las paramédicas (3 por ciento). Solo se mantiene una ligera contención en la
asistencia hospitalaria que actualmente cuesta un
2,1 por ciento más que hace justo un año o en las
consultas con especialistas (2,4 por ciento).
El resultado de todas estas variables ha llevado al conjunto d
e la sanidad a elevar sus precios en un 1,8 por ciento en el mes de agosto en términos interanuales, el mismo valor que hace justo un mes. No se observaba un dato tan elevado en términos generales desde el año 2012 en plena
crisis financiera internacional cuando se llegó a alcanzar el 13,4 por ciento.
La inflación en España
Aunque la evolución del sector sanitario muestra cómo la inflación se ha acrecentado a lo largo de 2023, el sector todavía se mantiene
ligeramente por debajo de la media general de la economía española. El IPC ha cerrado el mes de agosto en el
2,6 por ciento, lo que representa tres décimas por encima de la marca registrada en julio. Si excluimos de la ecuación los alimentos no elaborados y los productos energéticos, el dato es del
6,1 por ciento.
El incremento se explica fundamentalmente por el fuerte auge de los costes de alimentos como
el aceite, las legumbres o el pescado. El encarecimiento del transporte, los combustibles, las actividades de ocio o la restauración también han condicionado el mes de agosto, en el que sí que se han registrado ligeros retrocesos en
vivienda o ropa y calzado.
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