El palmitato de paliperidona (Trevicta), comercializado por Janssen en España, se mantiene en sangre durante tres meses en los pacientes con esquizofrenia, un intervalo de administración que se postula, ahora mismo, como el más largo disponible en el mercado mundial en la familia de los antipsicóticos.
Así lo ha recordado Robin Emsley, especialista de la Unidad de Investigación en Esquizofrenia de la Universidad de Stellenbosch en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), en un foro organizado por esa compañía farmacéutica, de título Nuevos Tiempos, en el que se ha analizado la esquizofrenia desde todos los puntos de vista, no solo el farmacológico, con especial hincapié en su vertiente psicosocial.
A juicio del profesor Emsley, la administración de fármacos antipsicóticos de larga duración –con intervalos más prolongados entre las administraciones– se considera la intervención farmacológica más efectiva para mejorar la adherencia al tratamiento; y añade que existen también intervenciones psicosociales que pueden mejorar el cumplimiento de la medicación.
El palmitato de paliperidona administrado cada tres meses (aprobado en la Unión Europea en mayo de 2016) permite a los pacientes adultos con esquizofrenia –previamente estabilizados con palmitato de paliperidona mensual– recibir su tratamiento solo cuatro veces al año, lo que supone una mayor comodidad para ellos y para sus familias.
Nuevo nombre para la enfermedad
Según ha trascendido en este contexto, los psiquiatras hace tiempo que procuran eludir, en lo posible, el término esquizofrenia por otras manifestaciones de la enfermedad, como los brotes psicóticos, para reducir la connotación negativa de la palabra, que contribuye a fomentar el estigma social frente a ella.
“Estamos viviendo una renovación de los conceptos, una reconceptualización de la enfermedad, un replanteamiento de los tratamientos, incluso una redenominación de la patología, con nombres alternativos, para evitar el estigma que tradicionalmente se ha asociado a la esquizofrenia”, ha recalcado Miquel Bernardo, director de la Unidad de Esquizofrenia del Hospital Clínic de Barcelona y coordinador del encuentro.
“El objetivo de este simposio consiste en poner de manifiesto los nuevos tiempos que vivimos en el abordaje de la esquizofrenia, gracias a un replanteamiento global de la enfermedad”, ha señalado Bernardo, que utiliza la nota musical ‘RE’ para explicar esta nueva era.
Emsley ha añadido que los cinco primeros años de diagnóstico de la esquizofrenia se consideran claves para llevar a cabo intervenciones que mejoren el pronóstico del paciente. “Es en este periodo cuando la enfermedad es más agresiva y hay más posibilidades de recaídas y progresión de la enfermedad”, ha explicado el experto sudafricano.
La enfermedad irrumpe en la primera experiencia laboral
Precisamente, el comienzo de la enfermedad suele darse en muchos casos en una etapa de la vida en la que la persona se está formando con sus primeras experiencias laborales.
“En muchas ocasiones al aparecer la enfermedad la persona se estanca y, poco a poco, va perdiendo roles sociales. Pero cuando tiene la oportunidad de incorporarse al empleo de nuevo, vuelve a ser miembro activo de la sociedad lo que contribuye a recuperarlos”, ha explicado María Isabel Rodríguez Montes, gerente de Feafes Empleo.
“La adherencia es el factor más importante en la prevención de recaídas. La mayor parte de los pacientes considera en algún momento la interrupción del tratamiento y las consecuencias pueden ser muy graves”, ha concluido.
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