El
Espacio Europeo de Datos Sanitarios es uno de los proyectos más ambiciosos que tiene entre manos la Unión Europea. Sin embargo, poner en práctica todo lo que se pretende supone
grandes retos para el sector sanitario. Por ejemplo, los expertos apuntan que gran parte de los datos de pacientes
no están anonimizados y compartirlos conllevaría riesgos. A ello también se suma las
disparidades existentes en los sistemas sanitarios y su digitalización entre los países miembros.
De hecho, la
Comisión Europea ha puesto el foco en la
anonimización y pseudonimización de los datos para garantizar la privacidad y seguridad de los datos a la par que avanzar y desarrollar el uso de los mismos. "Muchas veces cuando se aborda la problemática de la anonimización se hace foco exclusivamente
en los datos estructurados de identificación de los pacientes, como DNI o número de historia clínica. Cerca del
90 por ciento de los informes médicos contienen datos personales embebidos en los campos de texto libre, acerca de los pacientes, sus familiares o incluso los propios profesionales médicos. Por lo tanto, se corre el riesgo de
compartir información pensando que está correctamente anonimizada, cuando en realidad se están compartiendo
datos personales de la máxima sensibilidad", asegura Ignacio H. Medrano, neurólogo y experto en Inteligencia Artificial, para Redacción Médica.
En este sentido, para ser más rigurosos en el trabajo de obtener información sin nombre y apellidos se necesitan
sistemas y plataformas de tecnología avanzada capaz de
procesar los campos descriptivos, según el especialista. De hecho, pone de ejemplo algunos
centros del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) que ya anonimizan el texto libre y que podrían servir de modelo para el
big data europeo.
Digitalización sanitaria en Europa
Sin duda, el
Espacio Europeo de Datos Sanitarios supondrá un gran avance para
impulsar el uso de los datos sanitarios tanto para uso primario (uso clínico) como para uso secundario para investigación y análisis. Uno de sus principales objetivos es conseguir que "los datos sanitarios electrónicos
sean tan abiertos como sea posible y tan cerrados como sea necesario" bajo el mandato de que "siempre que sea técnicamente posible, debe permitirse el
acceso a todos los datos sanitarios electrónicos que existan en el historial médico electrónico (HME) de una persona física, así como el intercambio de estos". Todo ello en pro de de mejorar la prestación clínica, así como la
investigación científica y la
medicina personalizada, siempre desde la óptica de la regulación de la privacidad y seguridad de la información.
"Sucede que para poder implementar con
éxito estos objetivos, se necesita que la información sanitaria en cada país miembro esté
consolidada y controlada bajo los niveles de calidad necesarios. Por desgracia esta no es la situación actual, ya que en general la información sanitaria está
fragmentada, desconectada, no estructurada y sin los niveles de calidad necesarios", lamenta Medrano.
Concretamente, se calcula que
el 80 por ciento de la información sanitaria no está estructurada, almacenada en informes en pdf, o con un gran porcentaje de información relevante en campos generales de texto libre, que no son utilizables para el análisis posterior. Así que, en palabras del experto, utilizar "únicamente la información que hoy en día está estructurada y codificada, significa
perder la gran mayoría de la información relevante de los pacientes". De esta manera impactaría en la capacidad de los profesionales para tomar decisiones correctas y a la eficiencia de las organizaciones.
En el caso de España, Medrano subraya que es uno de los países países europeos más avanzados en cuanto a la
implantación y despliegue de sistemas de historia clínica electrónica, no sólo a nivel de hospitales, sino a nivel de redes hospitalarias públicas y privadas: "A pesar de ello, la compartición de los datos sanitarios a nivel nacional sigue siendo un reto lejos de ser alcanzado. Otros países del entorno europeo, con menor desarrollo en la digitalización de sus sistemas de información, tienen todavía más dificultades en poder
conectar la información sanitaria, conectar diferentes sistemas de información y conectar distintos hospitales y organizaciones sanitarias".
¿Dónde hay que poner el foco entonces? No solo en
desarrollar repositorios de datos sanitarios, sino en hacer que estos espacios posean toda la información de forma
conectada, estructurada y con la calidad necesaria.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.