Efecto 'rebote' en Mounjaro: se recupera el 25% del peso perdido en un año

Lilly, la farmacéutica que hay detrás de este fármaco, asegura estar trabajando para mejorar los efectos a largo plazo

Medicamento Mounjaro.


05 dic 2025. 13.10H
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Un nuevo estudio revela que la mayoría de personas con obesidad que recuperan peso después de suspender el tratamiento con tirzepatida pierden buena parte de los beneficios para la salud obtenidos durante el tratamiento, como las mejoras en la presión arterial, en el colesterol, en la glucosa y en la sensibilidad a la insulina. Y es que la tirzepatida es un principio activo parecido a la semaglutida que está presente en medicamentos como Mounjaro, que no está financiado en el Sistema Nacional de Salud (SNS) y que se utiliza para el tratamiento de la diabetes tipo 2.

De hecho, el análisis del ensayo clínico Surmount-4, que incluyó a 308 participantes, muestra que cuanto mayor es la cantidad de peso recuperado, más se revierten esos beneficios. Durante las 36 semanas iniciales del ensayo, los participantes recibieron tirzepatida, que actúa sobre la regulación de la glucosa y el apetito y, en este periodo, lograron perder al menos un 10 por ciento de su peso corporal y experimentaron mejoras en medidas como el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, la presión arterial y diversos indicadores metabólicos, incluyendo niveles de hemoglobina A1c, insulina en ayunas y colesterol. Estas mejoras no solo representan una reducción de peso sino también una disminución del riesgo de enfermedades asociadas, como  hipertensión y problemas cardiovasculares.

Consecuencias de dejar tirzepatida


Sin embargo, un año después de suspender la tirzepatida, la mayoría de los participantes recuperó parte del peso perdido. Tal y como detalla en Redacción Médica la farmacéutica Lilly, fabricante de Mounjaro, el análisis post hoc de Surmount-4 ha descubierto que "el 82,5 por ciento de los participantes que abandonaron el tratamiento con tirzepatida recuperó, al menos, el 25 por ciento de su peso perdido en un año". Además, "este aumento de peso, a su vez, se asoció con la reversión de mejoras en la presión arterial, el colesterol, la glucosa en sangre y la sensibilidad a la insulina, lo que refuerza la necesidad de continuar el seguimiento médico y el tratamiento en adultos con obesidad".

Los investigadores clasificaron a los participantes según el porcentaje de peso recuperado y observaron que aquellos que recuperaron más del 75 por ciento del peso perdido presentaban los mayores retrocesos en los beneficios obtenidos: su circunferencia de cintura aumentó de manera notable, la presión arterial se incrementó y los niveles de colesterol no HDL, hemoglobina A1c e insulina en ayunas también mostraron elevaciones significativas. Quienes recuperaron entre la mitad y tres cuartas partes del peso perdido también experimentaron retrocesos, aunque algo menos pronunciados, mientras que quienes recuperaron menos del 25 por ciento del peso perdido mantuvieron gran parte de las mejoras logradas durante el tratamiento.

Un tratamiento a largo plazo


Este patrón evidencia que la recuperación de peso tras la interrupción del fármaco no es solo una cuestión estética o de números en la báscula: tiene un impacto directo en la salud cardiometabólica. "La obesidad es una enfermedad crónica y progresiva que, a menudo, requiere tratamiento a largo plazo. Como otras enfermedades crónicas, el abordaje farmacológico debe continuar siempre que el médico considere que se mantienen los beneficios", añaden fuentes de Lilly, que afirma que "los cambios en el estilo de vida por sí solos con dieta, ejercicio y acompañamiento profesional pueden no ofrecer una pérdida de peso suficiente y sostenida para la salud a largo plazo de todas las personas afectadas". Por ello, asegura que "muchas personas necesitan distintos grados de apoyo médico combinados con modificaciones de estilo de vida adaptadas para lograr y mantener con éxito sus objetivos de control de peso”".

El estudio también resalta la necesidad de planificación a largo plazo en los tratamientos para la obesidad. La retirada del medicamento sin estrategias de mantenimiento puede conducir a una rápida recuperación del peso perdido, y con ello, a la pérdida de los beneficios obtenidos para la presión arterial, los niveles de glucosa y el perfil lipídico. Esto sugiere que los tratamientos farmacológicos para la obesidad, al igual que sucede con la diabetes o la hipertensión, podrían requerir un uso prolongado y supervisado por profesionales de la salud para garantizar resultados sostenibles.

A medida que evoluciona el panorama del tratamiento de la obesidad, Lilly añade que "está avanzando en la realización de nuevas investigaciones que permitan conocer más sobre el mantenimiento del peso tanto con tirzepatida (Surmount-Maintain) como con orforglipron (Attain-Maintain), otro fármaco GLP-1 desarrollado por esta compañía para combatir la obesidad pero en formato oral.

Así, los hallazgos del análisis post hoc del ensayo Surmount-4,apuntan a que mantener la pérdida de peso obtenida, ya sea mediante seguimiento clínico, cambios en el estilo de vida o continuidad del tratamiento, es fundamental para preservar los beneficios a largo plazo y proteger la salud cardiovascular de quienes padecen obesidad. Además, proporcionan información clave para médicos, pacientes y responsables de políticas de salud sobre la importancia de acompañar los tratamientos farmacológicos con estrategias de mantenimiento que aseguren que los beneficios obtenidos no se pierdan con el tiempo.
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