Daiichi Sankyo ha anunciado que refuerza su compromiso para abordar las principales
necesidades no cubiertas y las barreras en la atención cardiovascular, poniendo de manifiesto las diferencias en el tratamiento y los resultados experimentadas por diversos grupos de pacientes. El anuncio se produce tras la presentación de los datos de los subanálisis del estudio observacional SANTORINI y del programa de estudio ETNA-AF en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
El
aumento del colesterol de lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) es un factor clave y modificable del riesgo de accidentes cardiovasculares graves. Se ha demostrado que por cada 1 mmol/l de reducción del
colesterol LDL, se reduce en un 22 por ciento el número de accidentes cardiovasculares graves al cabo de 1 año. Según los datos del estudio observacional SANTORINI, las mujeres europeas con
riesgo CV alto o muy alto recibieron un tratamiento insuficiente y alcanzaron en menor medida los niveles de C-LDL recomendados por las directrices de las guías.
Como parte del esfuerzo de la compañía por ampliar los conocimientos médicos para ayudar a proteger a las personas de las
enfermedades cardiovasculares (ECV),
Daiichi Sankyo colabora y diseña estudios, como SANTORINI, que investigan las causas subyacentes de la carga de las ECV en Europa. Los datos de un nuevo subanálisis de SANTORINI, basado en 5.197 pacientes varones con una media de edad de 65 años y 2.013 mujeres con una media de edad de 66 años, muestran que las mujeres estaban infratratadas en comparación con los hombres, ya que eran menos las que alcanzaban los niveles de C-LDL recomendados por las guías durante el estudio.
Aunque la proporción de pacientes que alcanzaron los objetivos de C-LDL
mejoró desde el inicio hasta el primer año de seguimiento, fue mayor en los varones (22,9 por ciento y 33,3 por ciento, respectivamente) que en las mujeres (16,9 por ciento y 24,6 por ciento, respectivamente). A pesar de que las recomendaciones de las guías son similares, el número de mujeres que
no recibieron ningún tratamiento hipolipemiante al inicio y al año de seguimiento fue mayor (23,9 por ciento y 3,9 por ciento, respectivamente) que el de hombres (20,7 por ciento y 2,7 por ciento).
"Sabemos que la gravedad de las enfermedades cardiovasculares
es tan alta en las mujeres como en los hombres, y que los pacientes de ambos sexos siguen estando infratratados. Pero este nuevo subanálisis del estudio SANTORINI sugiere además que, en la práctica clínica, las mujeres como grupo estaban siendo desproporcionadamente infratratadas y no siempre alcanzan los objetivos recomendados de nivel de C-LDL", explica el profesor David Nanchen de la Universidad de Lausana. "Estos hallazgos subrayan la necesidad de una atención más amplia para gestionar mejor el riesgo de enfermedad cardiovascular en las mujeres", añade.
Adherencia terapéutica e impacto de la falta de cumplimiento en los resultados de los pacientes
La eficacia del tratamiento de la fibrilación auricular con anticoagulantes orales depende de la adherencia y la persistencia. Así, la falta de adherencia a los anticoagulantes orales no antagonistas de la vitamina K (ACODs) se ha asociado a un
mayor riesgo de ictus en pacientes con fibrilación auricular (FA).
Más de 28.000 pacientes incluidos en registros
En este contexto, Daiichi Sankyo se comprometió a
profundizar en el conocimiento de la carga mundial de la enfermedad cardiovascular en pacientes con
fibrilación auricular no valvular a través del programa ETNA-AF, que combina datos de distintos estudios no intervencionistas de Europa, Asia Oriental y Japón en una única base de datos. Más de
28.000 pacientes fueron incluidos en los registros del ETNA-AF y seguidos durante cuatro años en Europa y dos años en países no europeos.
Los resultados de un nuevo subanálisis post hoc del programa ETNA-AF mostraron que, de los
9.417 pacientes [un 71,5 por ciento de los 13.164 inscritos] que completaron el estudio de 4 años, el 87,4 por ciento persistió en el tratamiento con edoxabán. Tanto la interrupción del tratamiento como la no persistencia se asociaron a factores como el aumento de la edad, el sexo masculino, el peso corporal extremo, la función renal baja, la insuficiencia cardiaca,
la enfermedad vascular, la enfermedad hepática crónica, el consumo de alcohol, la percepción de fragilidad, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el tabaquismo, los síntomas actuales de FA y la ablación.
"El elevado número de pacientes que mantuvieron el tratamiento con este
fármaco durante los 4 años del estudio es una buena noticia para nuestros esfuerzos por mitigar la falta de adherencia terapéutica", afirma el profesor Raffaele De Caterina, MD, PhD, FESC, director de la Unidad de Cardiología en el Hospital Universitario de Pisa. "Esperamos que los factores asociados a la no persistencia observados en el estudio también
ayuden al desarrollo de estrategias de tratamiento en la práctica clínica, en beneficio de los resultados de los pacientes".
Tratamiento de pacientes con fragilidad y comorbilidades
Las barreras para recomendar la
anticoagulación en el tratamiento de la FA no valvular (FANV), como las multimorbilidades complejas, son significativas en los pacientes frágiles. Por ello, la prescripción de ACODs en la población de pacientes frágiles es <50 por ciento Los médicos deben
sopesar el riesgo de ictus y de hemorragia en su toma de decisiones a la hora de prescribir.
Puesto que la
fragilidad es una razón común para elegir dosis no recomendadas de ACODs, se utilizaron los datos de seguimiento de cuatro años del ETNA-AF para evaluar los resultados clínicos en dichos pacientes. Los pacientes con fragilidad percibida u objetiva que fueron tratados con una dosis reducida (no recomendada) de 30mg mostraron una mayor tasa de muerte por todas las causas frente a la dosis de 60mg recomendada (HR [95 por ciento CI]: 1,44[1,06,1,96])
sin efecto significativo en hemorragias mayores. Esto sugiere que la presencia de fragilidad no debería conducir necesariamente a reducciones de dosis fuera de las establecidas en la ficha técnica.
En un subanálisis separado de los datos, se dividió a los pacientes en
terciles bajo, medio y alto en función del índice de masa corporal (IMC), el área de superficie corporal (BSA) y la masa corporal magra (LBM). Las tasas de episodios tromboembólicos fueron bajas (0,7-0,9 por ciento/100 EP) y similares en todos los terciles. Sin embargo, se observaron tasas más elevadas de
episodios hemorrágicos en los terciles bajos ([2,2-2,4 por ciento]) frente a los terciles medios ([1,5-1,8 por ciento]) y altos ([1,4-1,5 por ciento]) de BSA y LBM, lo que sugiere que estas variables, más que el IMC, deben tenerse en cuenta al analizar los resultados en pacientes tratados con este medicamento.
"En Daiichi Sankyo, continuamos con nuestro compromiso a largo plazo de
proporcionar pruebas científicas que respalden el tratamiento óptimo de los pacientes con enfermedades cardiovasculares, y de encontrar soluciones para las personas que anteriormente no han recibido el tratamiento adecuado", declara Stefan Seyfried, Vicepresidente de Asuntos Médicos, Medicamentos Especializados, en Daiichi Sankyo Europe GmbH. "Nuestra promesa a los pacientes es seguir arrojando luz sobre las diferencias en el tratamiento y las necesidades no cubiertas en la atención cardiovascular, con el objetivo de
reducir la carga que soportan los pacientes y sus seres queridos", añade.
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