La pandemia del coronavirus reveló virtudes, pero también debilidades en el seno de la Unión Europea a la hora de afrontar una crisis en el suministro de medicamentos. Carencias que el
Consejo Económico y Social de España (CES) achaca, entre otros factores, a las “tensiones” en las cadenas de producción, así como a la ausencia de una estrategia común que dote al territorio de cierta "
autonomía estratégica" en áreas clave como son las reservas de productos sanitarios.
En el
informe sobre el impacto de la pandemia del CES, cuyos detalles fueron presentados esta semana en Barcelona, el organismo que dirige
Antón Costas alude al concepto de “autonomía estratégica abierta” que ya defendió en mayo de 2020 la Comisión Europea para
“revisar la política comercial” del territorio comunitario y el establecimiento de una “nueva agenda geopolítica de relaciones” con Estados Unidos como principal aliado.
Apunta el CES que esta “capacidad de actuar con autonomía con recursos propios en áreas estratégicas clave” no debe entenderse como una medida “proteccionista ni autárquica”. “Se refiere a la capacidad de elegir y transformar las dependencias e interdependencias de la Unión Europea con aquellas economías que compartan una misma orientación”, subraya.
Problemas de suministro de medicamentos en la UE
Esta estrategia se postula como una vía para corregir las carencias en el suministro de la Unión Europea en casos de “presiones de demanda sobre bienes esenciales” como fueron las
vacunas contra el Covid-19 o las mascarillas. Un problema que tiene otra arista en las cadenas de producción, que según el CES, órgano consultivo del Gobierno, se encuentran “excesivamente fragmentadas” y tienen una alta dependencia del exterior.
"La propagación de estos ‘shocks’ de demanda y oferta a través de las cadenas globales de valor y la fragilidad que esto provoca en las economías europeas justifican que en las
nuevas estrategias comercial e industrial de la Unión Europea se trate con especial interés esa denominada 'autonomía estratégica abierta'. La concreción de esa autonomía estratégica abierta debe hacerse con cautela, partiendo del análisis de las
vulnerabilidades de las cadenas de aprovisionamiento de productos esenciales, muchas de ellas puestas de manifiesto durante la crisis del Covid-19.
En cualquier caso, según el CES esta autonomía estratégica tiene por delante obstáculos difíciles de salvar, pues “necesita que los Estados miembros compartan la misma visión sobre los riesgos y retos estratégicos a los que se enfrenta”. “Pero esto último no es obvio, ya que existen opiniones divergentes al respecto que podrían abrir nuevas
brechas este-oeste o norte-sur dentro de la Unión Europea, lo que puede suponer una dificultad añadida a la toma de decisiones geoestratégicas, máxime teniendo en cuenta el creciente carácter intergubernamental de las mismas”, añade.
Unión Europea de la Salud
Otro de los factores clave a los que hace alusión el CES en su último informe es el de avanzar hacia el establecimiento de una
“Unión Europea de la Salud”, un ámbito que en la actualidad es competencia de los distintos Estados miembros. Al respecto, considera que es “evidente” la necesidad de responder “con mayor eficacia a las crisis sanitarias transfronterizas” y
“mejorar la coordinación” entre los países “para proteger eficazmente la salud de las personas, tanto en tiempos de crisis como en tiempos normales”.
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