La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha criticado este jueves las terapias CAR-T que acaban de ser aprobadas por la Agencia Americana del Medicamento (Food and Drug Administration - FDA, en inglés) y que suponen un coste abusivo para el paciente.
No es la primera vez que Gilead se sitúa en el centro de las críticas por un tema similar. Durante las negociaciones para la financiación pública de los nuevos tratamientos contra la hepatitis C, la estrategia de Gilead con Sovaldi fue duramente criticado por diversas organizaciones, tanto a nivel nacional como internacional, por la supuesta desproporción de los precios ofertados.
En el caso del nuevo tratamiento para la leucemia, que consiste en la modificación de las propias células del sistema inmunitario del paciente para que detecte y destruya las células causantes del cáncer, el precio llega a ser prohibitivo para los usuarios, según la OCU.
En este sentido, la organización ha enviado a través de su campaña 'No es sano' una carta al presidente de Gilead, John F. Milligan, para cuestionarle sobre los detalles de su inmunoterapia llamada Yescarta, que tiene un coste de 373.000 dólares. “Estas nuevas terapias abren un camino muy prometedor en la lucha contra el cáncer, pero también marcan un punto de partida de precios que serán tomados como referencia para el resto de tratamientos CAR-T que estén por llegar”, asegura Roberto Sabrido, presidente de la Asociación por un Acceso Justo al Medicamento.
Se trata de una estrategia que tiene como punto de partida la compra de la compañía Kite Pharma por 11.900 millones el pasado mes de agosto, la cual permitió a Gilead dar un paso decisivo en sus inmunoterapias. En este caso, Yescarta supone una de las últimas innovaciones en el tratamiento de leucemia en adultos.
Eso sí, el precio de salida en EEUU (373.000 dólares) es el que la OCU teme que se extrapole a Europa, incluida España. “Nos preocupa mucho la tendencia de los precios que vemos en estas nuevas terapias. Por eso nos parece tan importante la transparencia sobre las inversiones reales en I+D de las compañías. Además, una cosa es la inversión en innovación biomédica y otra la compraventa de empresas bajo una lógica especulativa”, asegura Vanessa López, directora de Salud por Derecho.
Una preocupación a la que se suma el del retorno de la inversión pública en este tipo de terapias -que luego comercializan empresas privadas-. Sólo en EEUU, la inversión desde 1993 ha sido de 200 millones de dólares. En este sentido, desde 'No es sano' se cuestiona especialmente la fijación del precio, especialmente cuando son terapias con poco recorrido.
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