Para
Alessandro Chiesi, el futuro del medicamento en Europa pasa por
terapias que reduzcan costes y supongan ahorros para los sistemas sanitarios, y toda innovación tiene que estar asociada a estos valores. En la entrevista concedida a Redacción Médica, el director de Europa del Grupo Chiesi considera fundamental la
colaboración entre industria y administraciones públicas para formulación de nuevas fórmulas de financiación, como el pago por resultados, y destaca el papel que juega España en la estrategia de la compañía.
¿Cuáles son los desafíos que tiene por delante Chiesi en su presente y en su futuro?
Bueno, somos todavía una pequeña compañía en un mundo de gigantes. El principal desafío va a ser mantener nuestra actividad de una manera sostenible, comercializar nuestros productos en Europa y expandir nuestra presencia en otros mercados, empezando por establecernos en Estados Unidos, que esperamos que sea uno de nuestros principales vectores de crecimiento en los próximos años. También apostamos por nuestra presencia en países con un gran potencial como China, a pesar de las dificultades que hay que afrontar para acceder a él.
A largo plazo, esperamos liderar las áreas en las que estamos presentes, desarrollando nuestros productos y programas en desarrollo en el área respiratoria, mientras consolidamos nuestra presencia en neonatología. Queremos pasar de ser una compañía que oferte fármacos a convertirnos en un actor que pueda ofrecer soluciones completas a los pacientes, y liderar esas áreas.
En España, las compañías de tamaño medio se están enfocando mucho en el mercado latinoamericano. ¿Qué camino quiere seguir Chiesi en este contexto?
Ahora mismo estamos presentes en Brasil, pero no vamos a expandirnos por Sudamérica, estaremos presentes allí mediante distribuidores locales. En cambio, estamos trabajando en otros mercados emergentes que consideramos oportunidades de negocio, como Rusia y Turquía. El problema es el acceso. Algunas veces, es sencillo entrar en estos mercados, pero en otras ocasiones… La sostenibilidad del negocio está conectada con la estabilidad, y en Sudamérica esto todavía es un gran reto.
¿Cómo ha cambiado el rol de la industria farmacéutica en Europa?
Como ya sabe, los cuidados sanitarios se están convirtiendo en un problema en todo el mundo, también en la Unión Europea. Nos estamos haciendo cada vez más viejos, y cada vez vivimos más. Esto significa que cada vez necesitamos más cuidados, con más gastos, y los sistemas sanitarios cada vez son menos sostenibles a largo plazo. Hay presión en los costes, que obliga a buscar soluciones cada vez más coste-efectivas, y esto no afecta solo a los tratamientos farmacéuticos, que representan solo un pequeño porcentaje de ellos. Con todo, es una proporción en la que se concentran las atenciones para reducir costes, puesto que es difícil hacer recortes en otros gastos del sistema sanitario, una máquina muy compleja.
Lo que será más importante, al menos para mí, será ofrecer soluciones de futuro que sean coste-efectivas. Que equilibren la mejora que ofrecen con los costes que suponen, o que supongan ahorros. La triple combinación que hemos desarrollado en EPOC es un buen ejemplo. Un mejor tratamiento significa menos exacerbaciones y también menos hospitalizaciones. Definitivamente, esto reduce costes. Habrá que ofrecer soluciones en este sentido.
Pero las innovaciones son cada vez más caras. ¿Cómo se conjuga esta situación?
Es compleja. Estos días se pone mucha atención sobre la efectividad de los tratamientos, lo cual representa una actitud cada vez más abiertas en ambos bandos, tanto pagadores como laboratorios. En este sentido, por decirlo de alguna manera, comparten el riesgo. Es decir, que si ofreces un tratamiento que está funcionando, se va a pagar por él. Si no funciona, no se paga. Esta es una aproximación que, de una manera u otra, hace que el sistema sea más sostenible.
Por otro lado, hay que ser capaces de demostrar el coste/efectividad de una manera justa, porque se están juntando dinero y mejora de la vida. Tenemos que pensar fórmulas para que el sistema se equilibre. Necesitamos la innovación, pero también necesitamos soluciones y productos que funcionen. La innovación por sí sola no significa nada.
¿El futuro pasa entonces por el pago por resultados?
Se está haciendo cada vez más común, y puede ser parte de la solución.
En España se ha convertido en ‘moda’ hablar de pago por resultados, pero en muchos lugares se carece de las bases de datos y la tecnología necesaria para hacerlo. ¿Debe colaborar la industria con los países para poner este modelo en marcha?
Creo que sería para el interés común hacerlo, tanto para la industria como para las administraciones. Algunas veces es fácil demostrar un resultado, en otras ocasiones es más complicado.
"El código de transparencia que hemos adoptado tendría que ir más allá de la industria del medicamento"
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¿Cómo valora el reciente cambio de código ético puesto en marcha por la Efpia, por el que los laboratorios europeos tienen que publicar sus transferencias de valor a profesionales sanitarios?
Es un buen movimiento. Hace años que decidimos autorregular nuestras actividades, pero este paso ratifica la voluntad de la industria de ser completamente transparente en nuestras relaciones con los prestadores de servicios sanitarios. Es imposible desarrollar cualquier tipo de tratamiento sin cooperar con los científicos o con los médicos. Y es importante hacerlo con transparencia. Nosotros como compañía estamos completamente adheridos a estas medidas.
¿Considera que esta medida tendría que haberse extendido a toda la industria sanitaria?
Creo que es algo que tendría que ir más allá de la industria del medicamento. Es difícil, pero no imposible.
¿Qué opina sobre la iniciativa de Novartis de reducir las invitaciones a profesionales para congresos médicos y potenciar la presencia on-line?
La idea es trabajar juntos de manera que incrementemos el conocimiento de los profesionales. En el camino de buscar fórmulas más costo-efectivas para ello, parece interesante.
¿Qué papel juega España en la estrategia de Chiesi?
España es uno de los mercados farmacéuticos claves de Europa. Forma parte del núcleo de nuestro negocio y representa el centro de nuestra estrategia, con otros países. Nuestra presencia en ese mercado, basada en la innovación, será sostenida en el largo plazo, siempre en las áreas en las que nos estamos enfocando.
¿Qué opina de la situación política que está teniendo lugar en España, y que parece que se va a resolver pronto?
No la vemos tanto con preocupación como con curiosidad. Es extraño, porque ya hemos conocido situaciones similares en el pasado, como el caso de Bélgica. Es una situación que empieza a ser más común de lo que parece en Europa. Encontrar soluciones para retos sociales y políticos es cada vez más complejo. Pero esta incertidumbre también lleva a que las cosas estén paradas. Si esto dura demasiado, todo el sistema burocrático se bloqueará y no se podrán lanzar nuevos productos al mercado, porque no se podrán llevar a cabo procesos de precio y reembolso.
¿Cuál es el papel que juegan las compañías familiares como Chiesi en un sector tan marcado por la presencia de multinacionales como el farmacéutico?
Estamos convencidos de que todavía hay espacio para compañías como la nuestra. Además, tenemos una ventaja: la estabilidad. Podemos mirar a largo plazo, mucho más que las compañías con accionistas, que tienen que pensar en los resultados del próximo trimestre. Esta estabilidad es muy importante cuando tienes que desarrollar productos durante 10 años, como ocurre en el sector farmacéutico. Puedes perseverar en tus metas, no tienes que cambiar porque en un momento dado los resultados no acompañen.
Por tanto, el carácter familiar de Chiesi, que tiene ya 60 años, va a permanecer así.
Por supuesto. Planeamos mantenernos así, pero siempre predispuestos a llevar a cabo cambios que puedan fortalecer nuestra posición.
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