La Comisión Europea ha dado un paso hacia detrás para recuperar las normas de
competencia en el sector de la industria sanitaria anteriores a la pandemia de Covid-19. Bruselas ha retirado el
Marco Temporal Antimonopolio que puso en marcha a mediados de 2020 para facilitar la cooperación entre las empresas en un momento marcado por la crisis de suministros de sanidad que se produjo como consecuencia de la rápida expansión de los contagios en el viejo continente.
La decisión ha provocado que ahora el mercado comunitario de medicamentos y productos sanitarios vuelva a regirse de nuevo por el
Reglamento aprobado en el año 2003, dejando atrás las medidas de flexibilidad de los últimos dos ejercicios. “Ya no se dan las circunstancias excepcionales y los retos conexos que justifiquen la necesidad de que las empresas cooperen para paliar los efectos de la crisis”, ha apuntado el órgano de Gobierno de la Unión Europea.
Bruselas estableció durante la pandemia nuevos criterios a la hora de examinar los proyectos de cooperación designados a paliar la
escasez de bienes y servicios esenciales sobre el coronavirus. Durante este periodo también proporcionó a las empresas farmacéuticas
‘cartas de compatibilidad’ que les permitían tener una seguridad por escrito sobre estas alianzas con otras compañías del sector dentro de su ámbito de aplicación.
Las excepciones temporales han facilitado a las empresas durante este tiempo asociarse en tareas como la coordinación del
transporte productos sanitarios o la identificación de
medicamentos esenciales que pueden escasear. También se les ha permitido intercambiar información sobre su producción o las deficiencias de abastecimiento a través de asesores independientes. El objetivo era facilitar medidas para
reducir la brecha entre la oferta y la demanda en un momento en el que las fábricas tuvieron que aumentar la producción de los bienes vinculados al Covid-19.
Paralelamente, la Comisión Europea se comprometió a supervisar todo el proceso para evitar que cualquier organización utilizara las nuevas medidas de flexibilidad para infringir las normas de derecho comunitario en materia de competencia y
abusar de una posición dominante en el mercado sobre sus principales competidores.
Bruselas deja una puerta abierta ante futuras crisis
Bruselas ha puesto fin ahora a este mecanismo excepcional, aunque ha dejado la puerta abierta a que en el futuro se pueda volver a flexibilizar el marco de competencia si se produce una nueva crisis. “En caso de
deterioro repentino e inesperado de la situación sanitaria y de las consiguientes interrupciones del suministro de productos y servicios esenciales, las empresas podrán solicitar orientaciones con arreglo a la Comunicación sobre orientaciones informales revisada”, ha subrayado.
La decisión llega en un momento en el que bloque comunitario está revisando y preparando sus normas mercantiles tras la experiencia de la pandemia. La Comisión Europea ya propuso en septiembre un nuevo
Instrumento de Emergencias del Mercado Único (SMEI, por sus siglas en inglés) que le permitiría intervenir en situaciones de crisis la comercialización tanto de bienes como de servicios sanitarios,
incluidas las plantillas de médicos para hacer frente a una amenaza.
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