El
tiempo en cáncer cuenta y el periodo que transcurre desde la aprobación de la
Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) hasta que se financia en España puede ser clave para la
supervivencia de los pacientes. En este sentido, Beigene ha conseguido
tres aprobaciones "récord", por parte del Ministerio de Sanidad, de uno de sus fármacos en nueve meses para macroglobulinemia de Waldenström, linfoma de la zona marginal y
leucemia linfocítica crónica. Hay que tener en cuenta que la media suele
ser de 21 meses. Desde la farmacéutica han explicado que se trata de un medicamento cuyo mecanismo de acción es que es un
inhibidor de manera sostenida y selectiva de la tirosina cinasa de Bruton (BTK) y que consigue "una buena eficacia y la reducción de efectos secundarios", según Cristina Bas, directora médica de Beigene España y Portugal.
"Se pueden
crear fármacos que lleguen más rápido del laboratorio al paciente. Creemos que el acceso a la innovación debe ser más ágil", ha afirmado Cristina García, directora general de la compañía en España y Portugal. En este sentido, Beigene ha explicado que a pesar de ser una compañía joven, se fundó en 2010, tiene tres tratamientos aprobados de desarrollo propio,
más de 35 ensayos fase III con potencial de aprobación y más de 60 programas preclínicos.
Cristina Bas, directora médica de Beigene España y Portugal.
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De hecho, una de sus principales características es que
crean fármacos innovadores 'in house' y cuentan con un modelo propio que optimiza sus posibilidades. De esta manera, su medicamento
Brukinsa (zanubrutinib) está aprobado
en más de 60 mercados entre los que ya se encuentra España.
"Brukinsa ha recibido
tres aprobaciones en España en tan solo nueve meses, cuando la media desde la aprobación europea hasta su reembolso es de 21 meses. Queremos traer investigación a España y a finales de años habremos traído unos
30 ensayos iniciados en diferentes tipos de cáncer y que el 50 por ciento de los empleados se dedican en investigación y desarrollo", ha indicado García.
En esta misma línea, Bas ha apuntado que la rapidez en la aprobación
se debe al "valor diferencial" de la innovación de Beigene, en dirección también con el impacto de los medicamentos. Concretamente, ha detallado los
tres ensayos clínicos que han hecho posible que estas indicaciones tengan luz verde. "Los tres demuestran que los pacientes que reciben este tratamiento tienen
beneficios clínicos en eficacia y un perfil de seguridad bastante favorable", ha destacado.
Desde la compañía defienden que su
modelo de investigación es "único" y que de los 9.000 empleados que la conforman, 950 se dedican a investigación. "Colaboramos por la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS), tenemos un modelo propio y único de
investigación del laboratorio al paciente. España es un país estratégico para nosotros en investigación y más allá del fármaco. Queremos llevar
10 moléculas por año a desarrollo clínico a partir de 2024", ha comentado García.
Cristina García, directora general de BeiGene España y Portugal.
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Aprobaciones de Brukinsa
En la presentación de las últimas aprobaciones de Brukinsa, la
leucemia linfocítica crónica y el linfoma de zona marginal, ha habido expertos que han contado cuál es el perfil del paciente de cada patología y lo que implica este nuevo tratamiento. Por un lado, Patricia Baltasar, hematóloga del Hospital Universitario La Paz, ha señalado que la leucemia linfocítica crónica es una
enfermedad lenta y progresiva, muchos pacientes que la tienen no presentan síntomas y no necesitan tratamiento. Aunque en el momento de las manifestaciones, estas suelen ser pérdida de peso, crecimiento de ganglios o cansancio. Su prevalencia es de
48 casos por cada 100.000 habitantes.
Asimismo, suele ser común en personas mayores de 70 años que también tienen otras enfermedades o comorbilidades, por lo que su
abordaje desde diferentes especialidades es fundamental. "Requiere de un trabajo en equipo que está convirtiendo esta enfermedad en un modelo de manejo interdisciplinar", ha asegurado Baltasar, quien ha añadido que las
terapias dirigidas han cambiado el curso de la enfermedad.
Patricia Baltasar, hematóloga del Hospital Universitario La Paz.
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Por otro lado, Antonio Salar, hematólogo del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, se ha centrado en el linfoma de zona marginal. La particularidad de esta patología es su
heterogeneidad, lo que hace "más complejo" llegar a su diagnóstico. Este linfoma supone entre el siete y el ocho por ciento del total de ellos y suele afectar a pacientes mayores (entre 60 y 65 años) pero también puede aparecer en gente muy joven (de 25 a 30 años)
"Respecto a su abordaje, tenemos un cambio de paradigma con los anticuerpos monoclonales, los inhibidores y la terapia celular que para pacientes avanzados
puede suponer la curación de la enfermedad", ha explicado Salar, al mismo tiempo que ha subrayado la importancia de conocer a los pacientes, colaborar con los
médicos de Atención Primaria y administrar los fármacos de manera más efectiva.
Antonio Salar, hematólogo del Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia.
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Beigene presenta Brukinsa para el tratamiento de leucemia linfocítica crónica, linfoma de zona marginal y macroglobulinemia de Waldenström.
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