La reunión nacional
'Eliminación empieza por E', organizada por
Gilead Sciencies, ha concluido que España podría conseguir la eliminación del virus de la hepatitis C (VHC) en 2024 si se recuperan las tasas de detección y terapia, sobre todo en las poblaciones con mayor prevalencia.
Bajo el lema,
Un año después: Redefiniendo la atención al paciente con hepatitis C, los expertos han hecho un balance sobre las oportunidades y las lecciones aprendidas durante la
pandemia de Covid para mejorar la atención a los pacientes de VHC.
Para cumplir con el objetivo de la OMS de eliminar el virus de la hepatitis en el año 2030 y llevarlo a cabo antes en España, los expertos han instado a
recuperar la normalidad en la atención a los pacientes y reactivar los proyectos de microeliminación, especialmente aquellos dirigidos a poblaciones con mayor prevalencia, como son los usuarios de droga por vía parenteral, presos o migrantes procedentes de zonas de alta prevalencia.
Cribado simultáneo del SARS-CoV-2 y otras enfermedades víricas
“Antes tratábamos entre 1.500-1.600 pacientes al mes y en los peores meses de la pandemia, el número de pacientes tratados en toda España cayó por debajo de 300 pacientes”, ha alertado
María Buti, del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona. En este contexto, Buti también ha advertido de que un
mayor retraso en la
identificación y tratamiento de pacientes con VHC “incrementaría de forma muy sensible los casos de cáncer y cirrosos hepática durante los próximos años”.
Igualmente,
María Buti ha señalado que, gracias a programas como el Proyecto Focus para el diagnóstico precoz de infecciones como el VIH y la hepatitis C en hospitales y centros de sanitarios que atienden a poblaciones con alta prevalencia, “en un año se han podido
cribar a casi 8.000 individuos que acudían al servicio de urgencias”, confirmando que a través del servicio de urgencias tenemos una “oportunidad única para que su vinculación al tratamiento sea más fácil con un circuito asistencial más sencillo”.
Asimismo, durante el encuentro se ha destacado que es necesario
seguir trabajando en el camino de la eliminación de la hepatitis C adaptando el circuito asistencial a las circunstancias que estamos viviendo. Las poblaciones vulnerables muchas veces no acuden a los servicios de un hospital, pero sí que usan los servicios de urgencias, que es la puerta de entrada para poder ser cribados y diagnosticados. Así,
Marta Casado, del Complejo Hospitalario Torrecárdenas de Almería, ha enfatizado la importancia de
aumentar las tasas de cribado y diagnóstico del virus de la hepatitis C en el contexto actual, “vinculando el diagnostico por SARS-CoV-2 con otras infecciones como el virus de la hepatitis C o B o el VIH”.
Simplificación en el abordaje completo de los pacientes con hepatitis C
En general, la telemedicina, los servicios de entrega a domicilio de medicamentos y las nuevas soluciones para facilitar la atención al paciente implantadas durante el confinamiento han permitido la
simplificación del diagnóstico y tratamiento de la hepatitis C en la población general. Las poblaciones con mayor prevalencia, además, requieren de una simplificación diferente que haga que el diagnóstico y tratamiento se descentralice para lo que, según
Marta Casado, es necesario colaborar “con los dispositivos que atienden a estos pacientes, como son los médicos de prisiones o los Centros de Atención a las Adicciones, y crear un vínculo sencillo a través de su sistema de derivación directa”.
En palabras
Juan Turnes, del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra, “la enorme crisis de la pandemia nos ha traído oportunidades que nos han permitido poner en marcha estrategias que hasta entonces no se habían podido llevar a cabo, com
o facilitar la dispensación de la medicación a través del Servicio de Farmacia en otros puntos físicos que no sean el propio hospital o simplificar al máximo el proceso diagnóstico y el tratamiento”.
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