La dificultad para establecer un diagnóstico precoz, unida a una previsión de aumento de casos para los próximos años, hacen de la enfermedad renal crónica (ERC) un problema de salud pública al que urge dar solución, tal y como explica José Manuel Carvajal Jaén, médico del Servicio Andaluz de Salud, en esta entrevista de Redacción Médica en colaboración con Boehringer Ingelheim y Lilly. Esta patología, grave y progresiva, afecta a un 15 por ciento de la población española. Esto es, una de cada siete personas. La ERC es caracterizada por una disminución de la función renal o aparición de marcadores de daño renal, o ambos, durante al menos tres meses
Sin embargo, la falta de síntomas en las fases iniciales de la enfermedad complica su detección, haciendo que 2 de cada 3 pacientes aun no hayan sido diagnosticados, favoreciendo que la enfermedad avance con el consecuente aumento del riesgo de muerte cardiovascular o llegando a estadios finales de la enfermedad, requiriéndose la necesidad de diálisis o de trasplante renal. En España, atender a pacientes en estadíos más avanzados de la enfermedad supone el 3 por ciento del gasto sanitario del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Es por ello que Atención Primaria se sitúa como un primer punto de control clave a la hora de diagnosticar de forma temprana la ERC. Desde la puerta de entrada a la sanidad, José Manuel Carvajal Jaén, médico del Servicio Andaluz de Salud detalla en esta entrevista el rol de Atención Primaria en la detección y manejo de la ERC y las medidas necesarias para una adecuada prevención.
¿Qué papel debe jugar Atención Primaria en la detección de la enfermedad renal crónica al ser el primer filtro con el que se encuentra el paciente en su entrada al SNS?
Indudablemente Atención Primaria (AP) tiene el papel fundamental en la detección de la ERC, puesto que nosotros vemos personas y no enfermos en la consulta. Estamos en el lugar adecuado para realizar el diagnóstico precoz en los inicios de la enfermedad, a nuestras consultas llegan pacientes asintomáticos en los que realizamos analíticas de control por otros motivos y podemos diagnosticar la enfermedad en fases iniciales, tomando las decisiones adecuadas para prevenir la evolución de la ERC
¿Qué signos y síntomas de la ERC pueden servir como señal de alerta a los profesionales sanitarios? ¿Son fácilmente detectables o pueden confundirse con los de otra enfermedad?
En fases iniciales los signos y síntomas son muy inespecíficos lo que nos lleva a confusión con otras patologías. Por este motivo debemos tener presente la enfermedad, nunca vamos a diagnosticar una patología en la que no pensamos. Es fácil sospechar la enfermedad más avanzada por la disminución de la diuresis, edemas en miembros inferiores, disnea, cansancio, debilidad o desorientación, pero no debemos llegar a esta situación cuando disponemos de pruebas analíticas fáciles de solicitar que nos indican el diagnóstico.
¿Con qué herramientas cuentan los profesionales para poder diagnosticar esta patología?
Además de la anamnesis y exploración del paciente, fundamental en cualquier diagnóstico en AP, contamos con la analítica, en analítica de sangre debemos solicitar la tasa de filtrado glomerular que va a estar disminuida y los valores de creatinina, urea y potasio que aparecen aumentados. Además, debemos solicita analítica de orina con detección de albúmina que aparece aumentada. Los valores de tasa de filtrado glomerular y albúmina en orina también nos sirven para estadiar la enfermedad y comprobar sin los tratamientos tiene un efecto beneficioso en la evolución de la ERC
¿Qué indicadores hay que tener en cuenta en el diagnóstico? ¿Qué desafíos encierra el proceso de detección de la ERC?
Como he comentado anteriormente los principales indicadores diagnósticos son la disminución del filtrado glomerular y la aparición o aumento de albuminuria. El principal desafío para la detección de la ERC es que los profesionales nos concienciemos de la existencia de esta patología y solicitemos analíticas precozmente, sobre todo en caso de pacientes de mayor riesgo como diabetes mellitus, hipertensión arterial o toma crónica de AINEs.
"Debemos tener presente la enfermedad. Nunca vamos a diagnosticar una patología en la que no pensamos"
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¿Qué indicadores puede alterar la ERC?
En caso de detección de ERC debemos tener en cuenta algunos factores que nos van a aumentar la albuminuria sin correlación real con la patología, como son la hematuria, la menstruación, el ejercicio o las infecciones urinarias que provocan aumento de albuminuria de forma transitoria. En caso de ERC crónica establecida debemos tener en cuenta las comorbilidades que van a empeorar el pronóstico tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial, síndrome metabólico, obesidad/sobrepeso, dislipemias, tabaquismo, sedentarismo o toma de AINEs.
¿Cómo debe ser el manejo de estos pacientes? ¿Qué recomendaciones deben tener en cuenta los profesionales de Atención Primaria?
AP es primordial en el manejo de estos pacientes en estadios iniciales de la enfermedad, puesto que inicialmente debemos realizar consejo sobre dieta (Restricción de líquidos, dieta con reducción de sodio, potasio y proteínas), ejercicio físico moderado, cese tabáquico, disminución de peso, ajuste de los tratamientos del paciente en función de la tasa de filtrado glomerular y evitar fármacos nefrotóxicos. Es una enfermedad que actualmente no tiene cura, con lo cual nuestra principal función es la prevención y diagnóstico precoz de la enfermedad para enlentecer la evolución natural de la misma, evitando en la medida de lo posible llegar a diálisis o trasplante renal.
¿Qué factores de riesgo están asociados al desarrollo de ERC?
Debemos tener especial cuidado y realizar analíticas de cribado en caso de diabetes mellitus, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular establecida, tabaquismo, obesidad, antecedentes familiares de ERC o antecedentes personales de enfermedad renal aguda, edad mayor de 60 años, toma de fármacos nefrotóxicos (como los AINEs), dislipemia, infecciones del tracto urinario de repetición, enfermedades renales obstructivas, antecedentes de enfermedades autoinmunes o raza negra entre otros
¿Cuáles son las claves para prevenir esta enfermedad?
Como en todas las enfermedades crónicas lo principal es la prevención, y en ese punto los médicos de AP estamos en el lugar adecuado para hacerlo. Debemos recomendar un dieta saludable, baja en sodio y grasas. Ejercicio físico regular. Evitar el sobrepeso y la obesidad. Abandono del hábito tabáquico y disminución del consumo de alcohol.
Además estamos en disposición de controlar las enfermedades predisponentes y realizar analíticas periódicas de control para el diagnóstico precoz en caso de aparición de la enfermedad.
¿Hasta qué punto es importante educar al paciente de ERC?
El conocimiento de su enfermedad, cómo en otras patologías crónicas, mejora el cumplimiento de las recomendaciones tanto no farmacológicas como farmacológicas indicadas al paciente. También mejora el control de la enfermedad, un paciente que conoce su enfermedad puede detectar de forma precoz la mala evolución de la mismo o la aparición precoz de posibles complicaciones, lo que repercute en un mejor control de la patología.
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