El proyecto
‘National Policy’, que cuenta con el impulso de
ViiV Healthcare, Cesida, GeSIDA y Seisida, tiene como objetivo poner encima de la mesa de los decisores políticos el problema del
VIH en
España que afecta a 3.000 personas todos los años y “está lejos de ser una epidemia controlada”. Uno de los desafíos que tiene es impulsar un cambio de modelo de su atención sanitaria, que pasa por “desescalar” a estos pacientes en
Atención Primaria.
Así lo explica a
Redacción Médica José Antonio Pérez Molina, médico infectólogo del
Hospital Ramón y Cajal y miembro de la
Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (Seisida). Este especialista manifiesta que el VIH ha cambiado de forma revolucionaria, pero no lo ha hecho el modelo de atención sanitaria. “Una persona con infección por VIH con una pastilla diaria puede controlar perfectamente su infección, por lo que ha pasado a ser
una enfermedad crónica. Ya no es aguda, ni tiene una mortalidad elevadísima ni requiere ser atendida solo por especialistas del hospital. Lo que predomina ahora es
la gestión de la cronicidad”.
“La enfermedad que estamos manejando hoy en día no tiene nada que ver, pero el modelo sanitario que estamos aplicando es mucho más parecido al de
una enfermedad aguda. Tenemos que hacer un cambio hacia un modelo de atención de pacientes crónicos, que es radicalmente diferente, y donde
la Atención Primaria juega un papel fundamental”, añade el experto que participó recientemente en
el evento online “National Policy: 1 programa, 151.387 personas”.
Pérez Molina indica que este modelo
no trata de poner más trabajo a Atención Primaria. “Los médicos de Primaria están acostumbrados a manejarse con problemas de comorbilidades y tienen más soltura. En Primaria además hay establecidos programas de
cribado de cáncer y de atención a la diabetes”.
"No es gastar más, es gestionar mejor"
Pero para el cambio de modelo “imprescindible” no solo de trata de solo de potenciar Atención Primaria, dice el experto, también es necesario impulsar el papel de la comunidad y de las oenegés, así como
formar a los pacientes en autocuidado y prevención de comorbilidades. “Tenemos que ir a un modelo en el que haya mucha
más colaboración por parte de todos los actores sanitarios”.
Con respecto a la Administración, Pérez Molina avisa de que este cambio en la asistencia hacia un modelo de crónicos “no trata de pedir más, que ya sabemos que los recursos sanitarios son finitos,
se trata de gestionar mejor”. “Que con el mismo gasto atendamos
de una forma más eficiente a los pacientes y que ellos se encuentren mejor atendidos y acompañados y que
no suponga más gasto para el sistema sanitario”.
“La enfermedad ha cambiado de forma radical pero el modelo de atención ha variado muy poquito. Si conseguimos que estas personas se traten como otros pacientes crónicos conseguiremos que
con los mismos recursos sin gastar más a estos pacientes se les trate mejor”, apunta el especialista.
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