Eduardo Ortega Socorro. Madrid
Aunque en España finales de 2014 y principios de 2015 están marcando la recuperación del negocio farmacéutico, lo cierto es que el sector disfruta de una salud financiera envidiable de un tiempo a esta parte, con unas compañías cuyas acciones cada vez cotizan más en Bolsa y atraen más la atención de los fondos de inversión, sobre todo las del ámbito biotecnológico.
|
Lo más destacado de la evolución de las acciones de las big pharma en 2014. Fuente: Evaluate Pharma.
|
Sin embargo, los analistas temen que esta situación no tenga mucho más recorrido y que durante el presente año conozca su fin. Este miedo se ha visto reflejado en uno de los últimos informes de la consulta británica Evaluate Pharna, ‘Pharma & Biotech 2014 in Review ‘. Sus autores indican de que hay factores que indican que la ‘burbuja’ de los laboratorios podría estallar a lo largo de 2015.
Hay varios factores que pueden conducir a este desenlace. Entre ellos, la tensión a la que se están viendo sometidas las entidades pagadoras, ya sean aseguradoras o sistemas nacionales de salud, cuyo acceso a la innovación está siendo a precios cada vez más elevados.
Y todo ello a pesar de que el mercado cada vez es más competitivo, marcado por unas estrategias cuya agresividad va ‘in crescendo’ por parte de las compañías. Solo hay que echar un vistazo a la situación que se está dando en el caso de la hepatitis C, en la que los avances terapéuticos están siendo lanzados con el lapso de meses, con escaso plazo para sacar rendimiento a la inversión hecha en I+D. Un ejemplo es la decisión tomada por MSD, que ha decidido sacar del mercado estadounidense boceprevir, un producto contra esta enfermedad que lanzó hace solo cuatro años y que no ha perdido patente, pero se ha quedado demasiado atrás en la carrera terapéutica.
También el pasado 2014 fue un año marcado por el éxito de la biotecnología. Las más grandes del sector se llevaron
el gato al agua y batieron récords gracias a los productos lanzados al mercado, como por ejemplo Gilead con sofosbuvir y su píldora combinada Harvoni, sin olvidar a Biogen o a Celgene, que se han convertido en objetivo de grandes grupos de inversión como Morgan Stanley.
Sin ver el riesgo
Una de las claves de esta situación, indica la analista de Evaluate Amy Brown, se encuentra en que los inversores ignoran los riesgos de dónde están poniendo su dinero. “Muchos valores enormes están asignados a empresas que están en fase inicial y que operan en áreas que son muy experimentales todavía, como la de la tecnología de terapia génica, que son muy susceptibles de retrocesos y fracasos clínicos, lo que podría infectar fácilmente fácilmente la confianza de los inversores en otras áreas de investigación de medicamentos”, advierte.
Asimismo, por lo pronto todavía no habría calado, aunque puede hacerlo, advierte, la amenaza de los biosimilares. Solo así se explican los incrementos de las acciones de Abbvie, ,según el informe, a pesar de que su producto estrella, adalimumab, perderá patente en EEUU en 2016 y en la UE en 2018.
Sin embargo, para Rafael Camacho, responsable de la consultora The Wandering Innovator, estas son “conclusiones genéricas. Se puede a lo mejor leer una tendencia, pero las advertencias son muy peliculeras”. De hecho, no teme caídas en la inversión y celebra que la Bolsa esté dando a las compañías acceso a una inversión “que antes estaba taponada y restringida”, también en el ámbito biotecnológico. No existe una especulación como la que pudo existir en el mundo de la construcción en España”.
Con todo,el exdirector de la ya extinta Genoma España reconoce que puede haber cierta ‘burbuja’ en el universo de la inmunoterapia en cáncer, área en la que ya hay “redes de financiación de millones de dólares en productos que todavía están en fase preclínica. Es inaudito, dado que todavía no se sabe qué puede salir al mercado”.
ENLACES RELACIONADOS
Acceda al informe de Evaluate Pharma
Morgan Stanley le echa el ojo a la industria biotecnológica (28/03/14)