Jueves, 09 de julio de 2015, a las 17:13
Redacción. Madrid
La Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE) ha culpado a Farmaindustria, Fedifar y el Consejo General de que las farmacias hayan tenido que pagar 2.457 millones de euros, consecuencia del “acuerdo privado” convenido entre las tres partes para aplicar los descuentos del RDL 8/2010.

Fernando Redondo, presidente de FEFE.

Asegura que, sin este convenio, a las farmacias les hubieran sido descontados solo 459 millones. Sin embargo, a pesar de que FEFE carga contra las organizaciones más representativas del sector del medicamento,  el Tribunal Supremo refuta su teoría.

En la sentencia por la que decidió anular la fórmula por la que se pagaban los descuentos del 7,5 por ciento aprobados mediante el citado RDL 8/2000, el órgano judicial responsabiliza a las autoridades del Ministerio de Sanidad, dado que se aplicaron “prescindiendo del procedimiento legalmente establecido”.

Con todo, la patronal decide culpar a unas organizaciones que lo único que han hecho durante estos años ha sido aplicar las directivas del Ministerio. Una situación que, de nuevo, supone una extravagancia más provocada por el liderazgo de Fernando Redondo y que en nada va a beneficar a la patronal, que cada vez está pisando más habitualmente terrenos que le son ajenos, colocándola en una situación delicada y al mismo tiempo peligrosamente osada, sobre todo de cara a sus asociados.

Retorno a lo ocurrido con Sefaco

Con todo, no es la primera ocasión en la que la patronal de las oficinas de farmacia, particularmente desde que está presidida por Redondo, responsabiliza de los males del sector a algunos de sus principales pilares. Hace solo un año desde que el propio redondo presentó Sefaco, una fórmula con la que la patronal quería que los colegios de farmacéuticos dejaran de gestionar la factura pública de medicamentos para que este papel lo ocuparan los bancos, asegurando que estos serían más eficientes en esta labor.

Como ya ha contado este periódico, esta iniciativa contó con el ‘no’ rotundo de toda la profesión farmacéutica, Consejo General incluido, cuya relación con la patronal pasó de fría a ‘congelada’ tras estos hechos. De hecho, el principal órgano de la profesión farmacéutica no llegó a aceptar el ofrecimiento de Redondo a Carmen Peña, por entonces su presidenta de presentar Sefaco en un pleno.

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