“Antes estropeo mi estómago a que Grünenthal reciba un euro de mi bolsillo”

Una miembra de Avite se niega a consumir medicamentos de la compañía germana

María Jesús Raposo Ferreiro y Versatis, el medicamento de Grünenthal que se niega a tomar.

05 abr 2018. 18.00H
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POR REDACCIÓN
Las víctimas de la talidomida tienen claro que Grünenthal, compañía comercializadora de este medicamento cuando estaba indicado para embarazadas, es la causante de su tragedia. “Nos mutiló antes de nacer y destrozó nuestras vidas”, asegura una miembra de este colectivo que prefieren empeorar su calidad de vida a tomar medicamentos que puedan beneficiar a la compañía germana.
 
Es el caso de María Jesús Raposo Ferreiro, que relata su caso en la página web de la Asociación de Víctimas de la Talidomida de España (Avite). “La misma farmacéutica alemana que nos mutiló antes de nacer y que destrozó nuestras vidas, Grünenthal, sigue enriqueciéndose, con la venta en exclusividad de medicamentos para el dolor, que ella misma nos provocó con las mutilaciones de nuestros brazos y piernas y nos sigue provocando hoy, con fuertes dolores insoportables. Y para colmo, sus medicamentos no tienen genéricos”.
 
Raposo es parte de Avite desde 2005 y, en consecuencia, afectada por la talidomida. Vive en La Coruña y fue al médico porque no aguanta más sus “dolores de espalda y estaba cansada de tomar pastillas”.
 
“Mi problema es crónico y según los médicos, debo acostumbrarme a convivir con ese dolor”, narra Raposo en la página web de la asociación. “Yo solo quiero una calidad de vida lo mejor posible y aquí entra en juego el medicamento que me la puede facilitar según el facultativo: unos parches llamados Versatis y que no os lo perdáis, ¡¡¡son de Grünenthal!!! Como lo digo. No hay genéricos y 20 parches me cuestan sobre 40 euros. ¡Por Dios! ¿Tendré que darles a estos impresentables más ganancias después del daño que nos han ocasionado?”, lamenta.
 
Ante este dilema, la gallega ha tomado una determinación: “Tengo que deciros que he tomado la decisión de continuar estropeando mi estómago y no gozar de mejor calidad de vida, antes de que este laboratorio reciba ni un euro de mi bolsillo, para estos inmorales sin escrúpulos”.

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