Investigadores de la Universidad de Leeds y de la Universidad Brunel de Londres (Reino Unido) han descubierto que en el
metabolismo de la glucosa se produce un cambio que favorece la progresión de la
cirrosis hepática al
cáncer de hígado, segunda causa de
mortalidad relacionada con enfermedad oncológica en todo el mundo.
En concreto, los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista
Frontiers in Cell and Developmental Biology, han hallado un aumento dramático en la expresión de enzimas glicolíticas, las cuales queman azúcar en los
hígados cirróticos precancerosos, el cual está asociado a un riesgo significativamente mayor de desarrollar
carcinoma hepatocelular (CHC), el tipo principal de cáncer de hígado.
Progresión de cirrosis a cáncer de hígado
"Sabemos que el 90 por ciento de todos los casos de carcinoma hepatocelular comienzan con cirrosis hepática. En este sentido, al ver
cómo la cirrosis progresa hacia el cáncer, creemos que se podría mejorar la detección y el tratamiento temprano, con
cirugía, quimioterapia y radioterapia, y, quizás, desarrollar nuevos tratamientos que reviertan la transición", han dicho los científicos.
La cirrosis, el daño crónico causado por los virus de la hepatitis B o C, el alcohol o la obesidad, conduce a la formación de
cicatrices y de nódulos regenerativos en el hígado. La alta rotación celular en estos nódulos, con la acumulación de daño genético, puede eventualmente producir células cancerosas.
La gluólisis es utilizada por los cánceres para favorecer su crecimiento
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Durante casi un siglo, los científicos han reconocido que las células cancerosas cambian la forma en la que generan energía. Normalmente, el cuerpo obtiene energía de los macronutrientes (azúcares, grasas, proteínas y sus intermediarios), principalmente utilizando oxígeno, si bien las células también pueden extraer energía de los azúcares sin usar oxígeno.
Efecto Warburg
Este proceso anaeróbico, llamado glucólisis, produce el lactato que quema los músculos durante el ejercicio intenso, y que también es utilizado por los cánceres para favorecer su crecimiento. La causa de este cambio en el metabolismo de la glucosa, conocido como el efecto Warburg, sigue siendo desconocida, pero se cree que la inflamación desempeña un papel.
Ante este escenario,
los expertos analizaron durante 10 años muestras de hígado normal, cirrótico y canceroso de pacientes seguidos que se habían sometido a una biopsia de hígado. "Para tener una visión completa de los cambios en el metabolismo de la energía en el CHC y en las etapas premalignas de la enfermedad, medimos la expresión de los genes que codifican las enzimas involucradas en la glucólisis y otras vías metabólicas", han comentado.
Genes relacionados con la glucólisis
Así, los investigadores encontraron que los genes relacionados con la glucólisis, entre ellos la hexocinasa 2 (HK2), la aldolasa A (Aldoa) y la piruvato quinasa M2 (PKM2),
se expresan en gran medida no solo en el CHC, sino también en la cirrosis, en comparación con las muestras de hígado normales. Del mismo modo, observaron que el nivel de expresión de los genes relacionados con la glucólisis mostró una
correlación positiva con la progresión de la cirrosis al CHC, así como con un mal resultado en aquellos con CHC en el momento de la biopsia.
"Se necesitan más estudios para establecer si estos cambios en la expresión génica se confirman como cambios en la actividad glicolítica. Sin embargo, los resultados revelan un camino prometedor para mejorar la supervivencia del CHC a través de la detección temprana y el tratamiento", han zanjado.
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