Un panel de investigadores internacionales ha elaborado un consenso para redefinir la
enfermedad por hígado graso no alcohólico y nombrarla ‘enfermedad por
hígado graso asociado al metabolismo’. De esta forma, esperan que el término refleje mejor las causas y mejore las iniciativas de salud pública encaminadas a esta patología.
El panel, liderado por investigadores del Westmead Institute for Medical Research (WIMR), consideró que el término actual y los criterios diagnósticos deben actualizarse para mostrar el grado actual de conocimiento de la enfermedad.
Mohammed Eslam, profesor asociado del WIMR y colíder del trabajo, explica que “desde que se describió por primera vez en 1980, no hemos revisado la idoneidad del nombre o de los criterios utilizados para diagnosticar el hígado graso”.
“Adaptando la terminología y su definición podemos avanzar hacia
vías de tratamiento, diseños de ensayos y desarrollo de medicamentos más precisos y personalizados”, indica. El consenso ha sido publicado en la revista
Gastroenterology.
La definición de hígado graso no alcohólico es problemática
El otro colíder del estudio,
Jacob George, explica que, en un principio, “la enfermedad se definió como hígado graso en ausencia de ingesta de alcohol significativa. La definición era problemática y
ha resultado en un acercamiento terapéutico tipo ‘talla única’, a pesar de la significativa variación que vemos en la población afectada”.
El investigador señala, incluso, que este enfoque puede ser “una de las razones en por qué estamos viendo tan bajas tasas de respuesta en nuestros ensayos actuales”.
“El nombre y la definición propuestos reconoce que la enfermedad a que estamos viendo está asociada con una disfunción metabólica. También reconoce que hay múltiples causas y factores superpuestos”.
Los especialistas rediseñan los nuevos estudios sobre hígado graso
Los investigadores están redirigiendo los próximos estudios a caracterizar los diferentes subtipos y causas de la enfermedad para ayudar al diseño de nuevos ensayos clínicos y a las mejores prácticas para el manejo de pacientes.
“En última instancia, esperamos que fortaleciendo los criterios de diagnóstico y el lenguaje que rodea a la enfermedad por hígado graso asociado al metabolismo, pueda
ayudar a reducir la progresión de la enfermedad y reducir el número de personas afectadas por ella en todo el mundo”, concluye George.
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