Los pacientes con enfermedades hepáticas continúan requiriendo hospitalización durante la pandemia tanto por indicaciones relacionadas con la
Covid-19 como por indicaciones hepáticas. El objetivo es minimizar su riesgo de cara a contraer el virus.
Según un informe publicado en la
British Medical Journal, se recomienda “el ingreso temprano para pacientes con Covid-19 con enfermedad hepática avanzada, especialmente en presencia de otros factores de riesgo. Los pacientes con Covid-19 y bioquímicas hepáticas elevadas deben ser evaluados para detectar hepatitis viral coexistente y complicaciones, que i
ncluyen miositis, isquemia y síndrome de liberación de citocinas”.
El documento, que ofrece las claves clínicas para tratar a los
pacientes hepáticos, señala que “las bioquímicas hepáticas deben ser monitoreadas regularmente, especialmente para aquellos tratamientos con medicamentos antivirales novedosos como remdesivir o tocilizumab. Las imágenes de diagnóstico solo deben realizarse en pacientes con fuerte sospecha clínica de
trombosis venosa profunda u obstrucción biliar”.
También, la guía ofrece varias recomendaciones internacionales el control de estos pacientes en el ámbito ambulatorio. “Destacamos la necesidad de limitar las visitas ambulatorias en persona y recomiendan las visitas telefónicas o la telemedicina como alternativa siempre que sea posible. Las recomendaciones sugieren que los medicamentos deben administrarse preferentemente mediante servicios de correo, y las pruebas de laboratorio deben realizarse en laboratorios locales en lugar de hospitales. También establece específicamente que los pacientes con síntomas de
Covid-19 o exposición conocida no deben evaluarse en la clínica de hepatología, sino en clínicas designadas de Covid-19”, afirma el documento.
Trasplante de hígado
Además, los expertos reconocen que el
coronavirus Covid-19 agrega otra capa de complejidad al cuidado de los pacientes que están esperando o que ya se han sometido a un trasplante de hígado.
“Al tomar decisiones con respecto al trasplante, uno debe considerar ahora la prudencia de los recursos no solo en el contexto del uso de órganos, sino también en términos de disponibilidad de camas de unidades de cuidados intensivos (UCI), personal de trasplantes y productos sanguíneos. Algunas sociedades como recomiendan detener por completo los programas de trasplante de hígado de donantes fallecidos en regiones de prevalencia generalizada de Covid-19, particularmente en entornos de bajos recursos, mientras que la mayoría de las otras sociedades han abogado por limitar el trasplante a pacientes con insuficiencia hepática aguda”, reconocen los autores del informe.
Pese a ello, esta situación tendrá "implicaciones profundas a largo plazo por suspender completamente la actividad de trasplante; por lo tanto, las pautas generales deberían allanar el camino para recomendaciones más granulares basadas en los principios de seguridad y prioridad”
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