Un fármaco que se está desarrollando para combatir enfermedades metabólicas como la
diabetes tipo 2 y la enfermedad de
alzhéimer puede ofrecer una nueva esperanza de tratamiento para las personas con leucemia mieloide crónica (LMC), un tipo de cáncer de la sangre.
El nuevo estudio, dirigido por la Universidad de Glasgow y publicado en '
Nature Communications', se centró en comprender el papel único que desempeña la
glucosa en el comportamiento de las células cancerosas de LMC resistentes al tratamiento.
De manera alentadora, el equipo de investigación descubrió que dirigirse a las
células de la leucemia mieloide crónica con un medicamento para la diabetes en investigación les impidió absorber glucosa, debilitándolas y haciéndolas potencialmente más susceptibles a los tratamientos contra el cáncer.
Investigaciones anteriores han demostrado que enfocarse en cómo las células cancerosas usan nutrientes como la glucosa para sobrevivir puede abrir la puerta a
nuevas y prometedoras oportunidades de tratamiento.
Los investigadores de este estudio encontraron que las
células madre de LMC, las células vitales que impulsan la enfermedad, usaban glucosa para alimentar sus mitocondrias, la fuente de energía de la célula. Al hacer eso, estas células madre también se estaban armando para evadir los tratamientos actuales.
Para combatir esto, los investigadores se dirigieron con éxito a las células madre de LMC usando un
medicamento que evita que la glucosa ingrese a sus mitocondrias. El mismo fármaco se ha probado en otros ensayos clínicos para el tratamiento de la
diabetes tipo 2 y la enfermedad de
alzhéimer.
Posibilidad de realizar un ensayo clínico
El equipo de investigación ahora está explorando la posibilidad de trasladar los hallazgos a un
ensayo clínico para ver si la combinación de este medicamento con los tratamientos actuales para la LMC beneficiaría a los pacientes.
En la actualidad, los pacientes con LMC son tratados con
inhibidores de la tirosina cinasa, también conocidos como ITC, que han transformado el tratamiento clínico de la enfermedad. El tratamiento de los pacientes con ITK por sí solo rara vez cura la enfermedad, pero puede frenar su avance.
En consecuencia, la mayoría de los pacientes deben seguir tomando TKI durante el resto de sus vidas, con los
efectos secundarios asociados y el riesgo de desarrollar resistencia a los fármacos. La principal razón por la que aún no es posible curar la LMC es que los TKI no se dirigen a las importantes células madre de la LMC que impulsan la enfermedad.
En palabras del profesor
Vignir Helgason, autor principal del estudio de la Universidad de Glasgow, "las investigaciones han demostrado que las células cancerosas suelen depender de una mayor absorción de nutrientes específicos -azúcar, proteínas o grasas- para sobrevivir". "Esto sugiere que si podemos utilizar fármacos dirigidos a la captación de nutrientes, se podrían
mejorar los tratamientos contra el cáncer", añade.
"Nuestro estudio investigó la "adicción" a nutrientes específicos en células cancerosas de LMC. Pudimos revelar que las células cancerosas de LMC utilizan una
mayor cantidad de glucosa para satisfacer sus necesidades nutricionales. Resulta alentador comprobar que las mismas células cancerosas son sensibles a un nuevo fármaco antidiabético que impide la descomposición normal de la glucosa y bloquea la capacidad de las células para absorberla", detalla el investigador.
Por su parte, el coautor del estudio, de la Facultad de Ciencias Oncológicas de la Universidad de Glasgow,
Kevin Rattigan, este estudio "ha revelado que la adicción a la glucosa es un talón de Aquiles para las células madre de la LMC resistentes a las terapias actuales".
"También hemos podido demostrar que un nuevo fármaco puede
impedir que las células madre de la LMC utilicen la glucosa como fuente de energía. Este avance puede mejorar las opciones terapéuticas y los resultados para los pacientes", asevera el doctor Rattigan.
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