La forma de presentación de la cardiopatía isquémica, así como los factores de riesgo, son diferentes en mujeres que en hombres, por lo que “la mujer suele atender mucho más tarde los síntomas, por lo que se eleva el riesgo y empeora el pronóstico”.
Así lo ha señalado Vanessa Roldán Schilling, del Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia, en el marco del XXXVI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia.
Las sociedades europea y española de Cardiología han creado en los últimos años uno grupo de trabajo para concienciar sobre las diferencias en los factores de riesgo, y muchas veces también en la presentación, según el género.
“La mayoría de las veces, la sintomatología y la descripción del cuadro están muy referidos al varón”, explica Roldán. “La mujer no siempre se comporta igual, lo cual hace que los síntomas pasen desapercibidos. Muchas veces la cardiopatía isquémica se manifiesta como debilidad y cansancio; no se produce el habitual dolor en el pecho que se irradia al brazo, típico del varón. En la mujer muchas veces se presenta de forma distinta y, por eso, es necesario tomar conciencia de esos síntomas que pueden alertar a la mujer para que acuda antes al médico”.
Con el ictus pasa algo parecido. En el caso de la trombosis venosa, la sintomatología es parecida, pero, en general, la mujer siempre es más sufrida y pregunta más tarde, lo que retrasa el diagnóstico y el tratamiento, y condiciona el pronóstico”.
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