Las personas que tienen los tipos de sangre A, B o AB presentan un riesgo elevado de sufrir un ataque cardiaco durante periodos de contaminación atmosférica significativa, en comparación con aquellos con el tipo de sangre O, según una nueva investigación del Intermountain Medical Center Heart Institute y Brigham Young University (BYU), en Estados Unidos.
El nuevo estudio vincula el aumento del riesgo de ataque cardiaco asociado con la contaminación por partículas pequeñas con un mayor riesgo de ataque cardiaco para personas con ciertos tipos de sangre que padecen enfermedad de la arteria coronaria. El gen ABO, que está presente en personas que tienen los tipos de sangre A, B y AB, es el único gen que ha sido validado en grandes evaluaciones internacionales para predecir ataques cardiacos entre personas con enfermedad coronaria.
Trabajos previos también han mostrado vínculos entre contaminación por partículas pequeñas y los ataques cardiacos, el ingreso al hospital con dolor torácico inestable, insuficiencia cardiaca y fibrilación auricular. Este nuevo estudio fue diseñado para construir y vincular esos hallazgos y probar la influencia de una variación: el impacto del tipo de sangre de un individuo.
"Nos preguntamos, si alguien tiene una variación específica en este gen ABO, ¿es más o menos probable que experimente un ataque al corazón en tiempos de mayor contaminación?" relata el autor principal de esta investigación, Benjamin Horne, epidemiólogo clínico del estudio del Intermountain Medical Center Heart Institute, en Salt Lake City.
"La mutación primaria que estudiamos diferencia entre los tipos de sangre O y los no O, que incluye los tipos de sangre A, B y AB positivos y negativos. El que se ha encontrado en los estudios genéticos como de menor riesgo es O. Los otros tres tenían un riesgo más elevado", añade este científico, que presenta su trabajo este miércoles en las sesiones científicas de la Asociación Americana del Corazón, que se celebran en Anaheim, California.
Se ha demostrado en grandes estudios internacionales que decenas de genes predicen la aparición de la enfermedad de la arteria coronaria en personas que están libres de la patología. Pero la gran mayoría de las personas no tendrá un ataque cardiaco a menos que ya padezcan un trastorno de la arteria coronaria. Tampoco hay certeza de un ataque al corazón, incluso con una enfermedad cardiaca.
"Tiene que tener otras características para que la enfermedad coronaria progrese a un ataque al corazón -apunta Horne-. La asociación entre los ataques al corazón y la contaminación en pacientes con sangre no O no es algo por lo que se deba entrar en pánico, pero es algo que debe tenerse en cuenta".
25 microgramos de contaminación por metro cúbico
Los investigadores del Instituto Cardiovascular del Centro Médico Intermountain ya habían identificado un nivel de contaminación en el cual el mayor riesgo ocurría para las personas con tipos de sangre no O, recuerda, y ese umbral es de 25 microgramos de contaminación por metro cúbico.
"Hace dos años publicamos hallazgos que demostraban que una vez que se supera ese límite, cada 10 microgramos adicionales de contaminación por metro cúbico de aire proporcionaban riesgos sustancialmente más altos -apunta-. A niveles superiores a 25 microgramos por metro cúbico de contaminación, el aumento del riesgo es lineal, mientras que por debajo de ese nivel hay poca o ninguna diferencia en el riesgo".
Los datos clínicos utilizados para el estudio provienen de pacientes de Intermountain Healthcare vistos entre 1993 y 2007. C. Arden Pope, de BYU, y uno de los autores del estudio, proporcionó los datos de contaminación del aire y el análisis de la calidad del aire se realizó en BYU. Durante una inversión invernal, el nivel de contaminación de partículas pequeñas puede llegar ocasionalmente hasta 100 microgramos por metro cúbico, pero 50-60 es más típico.
Los investigadores encontraron que las personas con sangre tipo O también tienen mayor riesgo de ataque cardiaco o dolor torácico inestable en tiempos de alta contaminación del aire. Sin embargo, su nivel de riesgo es mucho menor, del 10 por ciento en lugar del 25 por ciento por cada 10 microgramos del tipo de sangre no O, destaca Horne. Entonces, a 65 microgramos por metro cúbico de contaminación, una persona con sangre tipo O se enfrenta a un riesgo un 40 por ciento mayor que si el aire no estuviera contaminado.
"En la información que proporcionamos a nuestros pacientes sobre la contaminación, tratamos de hacer hincapié en que pueden hacer algo al respecto para reducir sus riesgos: mantenerse fuera de la contaminación, hacer ejercicio en el interior y asegurarse de que cumplen con sus medicamentos para el corazón con el fin de reducir su riesgo", concluye Horne.
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