El hematólogo Rafael de la Cámara ha entrado a formar parte del
Comité Científico de la Sociedad Europea de Trasplante de Sangre y Médula Ósea (
EBMT por sus siglas inglesas). Ha sido elegido coordinador del Grupo de Trabajo de
Enfermedades Infecciosas de esta sociedad científica europea.
Rafael de la Cámara es el
jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario La Zarzuela (Madrid), facultativo especialista del Servicio de Hematología y Hemoterapia del
Hospital de La Princesa (Madrid) y miembro activo del
Grupo Español de Trasplante Hematopoyético (GETH) de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).
“Asumo este cargo con orgullo y con responsabilidad, y con dos objetivos claros: incrementar la actividad científica y educativa de este grupo de trabajo, e incorporar nuevos miembros de los
diferentes países que forman parte del EBMT”, explica De la Cámara.
Será el encargado de coordinar un grupo de trabajo clave en el abordaje del trasplante de
progenitores hematopoyéticos (TPH) -denominado genéricamente como trasplante de médula ósea-. “Las infecciones son una importante causa de morbilidad y mortalidad en el TPH. Raro es el paciente, si es que lo hay, que no presente una o más infecciones a lo largo del tratamiento. En este sentido,
la mejora en el manejo de las infecciones ha sido uno de los pilares para avanzar en los resultados y
supervivencia de estos pacientes”.
El especialista aborda nuevos retos como las CART y el coronavirus
Aun así, el especialista reconoce que “aún queda mucho por hacer, a lo que debemos sumar la aparición de nuevos retos, algunos asociados a la incorporación de innovadoras terapias,
como las células CART, o la llegada de nuevas infecciones, como el
coronavirus SARS-CoV-2”.
La influencia de este nuevo coronavirus ya ha impactado en el ámbito del TPH, obligando a disminuir su actividad en aquellos centros con una elevada incidencia de SARS-Cov-2. “Actualmente, estamos en fase de conocer cómo se comporta este coronavirus en el TPH:
la clínica que desarrolla, la gravedad, qué factores de riesgo influyen para empeorar el curso de la enfermedad, qué manejo debemos hacer, etc.”, señala este especialista.
El SARS-CoV-2 es un terrible ejemplo de que las infecciones emergentes representan un riesgo real para los pacientes que han recibido un TPH. “El cambio climático, por ejemplo, es un motor extraordinario para la emergencia de nuevos patógenos o la extensión de los existentes a áreas geográficas donde antes no existían. Por ello,
debemos estar preparados para la llegada de nuevos virus similares al que ahora mismo nos estamos enfrentando, y desde el IDWP
trabajaremos con ilusión y determinación para tratar de controlarlos, concluye Rafael de la Cámara.
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