La Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (
SEHH) ha presentado la segunda edición actualizada del libro
Biopsia de la médula ósea. Perspectiva clínico-patológica. Según Luis Hernández Nieto, catedrático de
Medicina y profesor honorario de la
Universidad de La Laguna, la
biopsia de médula ósea “es un recurso diagnóstico imprescindible en un amplio abanico de
enfermedades hematológicas, tanto benignas como malignas, que van desde la aplasia medular hasta las neoplasias linfoproliferativas”.
“Esta exploración es especialmente enriquecedora en las insuficiencias medulares, las
neoplasias mielo y linfoproliferativas, las neoplasias no hematológicas avanzadas (para confirmar la
metástasis medular fundamentalmente) y las gammapatías monoclonales, como el
mieloma múltiple”.
Uno de los principales motivos de la 2ª edición es la actualización en la clasificación de las neoplasias mieloproliferativas
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Para hacer un buen estudio de la médula ósea “
es fundamental la cooperación entre hematólogos y patólogos a través de sesiones conjuntas de lectura de las biopsias, a pie de microscopio”, destaca Hernández Nieto. Esta colaboración “genera un mutuo aprendizaje, enriquece la visión de ambos profesionales y garantiza diagnósticos más precisos”.
La biopsia de médula ósea “proporciona una visión microscópica de la arquitectura medular íntegra; es decir, se obtiene información del armazón óseo, lo que indica normalidad o anormalidad del hueso”. Además, “se puede ver si hay (o no) monotonía celular, lo que llevaría a sospechar una neoplasia hematológica u ósea o una tesaurismosis (acumulación patológica de sustancias endógenas o exógenas en los tejidos debida a algún déficit enzimático”.
También es posible observar
lesiones especiales, como granulomas (masas más o menos esféricas de células inmunes que se forman cuando el sistema inmunológico intenta aislar sustancias extrañas que ha sido incapaz de eliminar), característicos en enfermedades tales como la sarcoidosis, la
fiebre Q o la infección por VIH. Finalmente, “gracias a los anticuerpos monoclonales, cada vez más específicos, se puede conseguir información certera sobre el origen de la infiltración patológica (generalmente neoplásica)”.
Uno de los principales motivos de esta nueva edición del libro es la actualización de la clasificación de las neoplasias mieloproliferativas, que ha propiciado una
mejor definición de estas enfermedades por las que la médula ósea produce demasiados glóbulos rojos, plaquetas o ciertos tipos de glóbulos blancos (incluyendo la posibilidad de transformación final en una neoplasia aguda).
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