Una de cada de personas con insuficiencia cardiaca presenta déficit de hierro, que en muchos casos desemboca en anemia, según señala el doctor Josep Comín, jefe Clínico de la Sección de Insuficiencia Cardiaca Crónica del Hospital de Bellvitge, en Barcelona, quien, no obstante, resalta que su corrección, "mediante terapias intravenosas, puede revertir la mayoría de problemas".
El doctor, quien además es director del Programa de Atención Integral a la Insuficiencia Cardiaca Comunitaria de la Gerencia Territorial Metropolitana Sur del Instituto Catalán de la Salud, afirma que el déficit de hierro es "la deficiencia nutricional más frecuente en el mundo, especialmente en poblaciones vulnerables de niños y niñas, afectando su desarrollo físico y mental, así como en mujeres en edad fértil, condicionando sus capacidades físicas y psíquicas. En este último caso es muy común, además, la ausencia de diagnóstico y tratamiento".
Según la organización mundial de la salud (OMS), afecta al 30 por ciento de la población mundial. Ante esta situación, el Hospital La Paz en Madrid ha acogido una campaña de concienciación sobre la anemia y el déficit de hierro, en la que además de ofrecer información a la población general, se les brinda la posibilidad de hacerse un análisis con el que descartar una posible presencia de anemia o déficit de hierro.
Comín destaca que los pacientes con insuficiencia cardiaca, que además tienen déficit de hierro, "sufren mayor discapacidad y tienen una peor calidad de vida, dado que esta ausencia de hierro afecta a la producción de la energía corporal para poder vivir y hacer funcionar los órganos, el corazón incluido".
Por otro lado, "el déficit de hierro empeora la capacidad de bombeo del corazón y, por tanto, de poder realizar actividad física, afectando a la evolución de la enfermedad y aumentando el riesgo de muerte o de ser hospitalizados".
Por su parte, el doctor José María Portolés, jefe de Servicio del Hospital Puerta de Hierro Majadahonda y Coordinador del Grupo de Trabajo en Anemia de la Sociedad Española de Nefrología (SEN), ha señalado la necesidad de prestar más atención a los niveles ferropénicos, especialmente en pacientes con enfermedades crónicas, así como incrementar la concienciación sobre la importancia de llevar un control de dichos niveles, tanto en la población general como, incluso entre los propios profesionales.
El doctor explica que, en el caso de su especialidad de trabajo con pacientes con enfermedad renal crónica "la anemia es tan frecuente, que muchos médicos consideran los síntomas anémicos como parte del síndrome urémico. Sin embargo, cuando se corrige, se observa una mejoría del paciente, aunque la uremia persista", motivo por el que recomienda esta corrección mediante "diferentes preparados orales o intravenosos".
Para el doctor Portolés, la concienciación sobre el déficit de hierro y la anemia ferropénica, constituye una herramienta fundamental para la mejoría de la calidad de vida de los pacientes crónicos. "La anemia disminuye la capacidad de funcionar del organismo, genera cansancio, menor capacidad para hacer ejercicio, anorexia, defectos en pelo, piel y uñas, etc. y disminuye el aporte de oxígeno a todos los tejidos, por lo que el cuerpo tiene que compensarlo, sobrecargando el corazón y otros órganos, lo que favorece la hipertrofia ventricular y podría acelerar la progresión de ERC", advierte el doctor.
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