Las
terapias avanzadas, y principalmente las
CAR-T, han vuelto a posicionarse en el epicentro del 66º Congreso Anual de la
Asociación Americana de Hematología (ASH en sus siglas inglesas), celebrado en el Palacio de Congresos de Valencia. En este evento se han analizado los principales avances de esta terapia celular, destacando por encima de todo influencia de la
microbiota intestinal en la eficacia de los tratamientos con
CAR-T.
Ana Alarcón Tomás, del
Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid), subraya tres áreas clave de la Hematología de cara a este 2025:
innovaciones en terapias CAR-T, como nuevos constructos y fármacos que reducen toxicidades e incrementan las tasas de respuesta, además de combinaciones con quimioterapia y una reducción en los tiempos de manufactura. Todo ello abre nuevas posibilidades de tratamiento, consiguiendo una gran relevancia de los datos aportados por
grupos de investigación chinos, que lideran el desarrollo de terapias celulares gracias a su importante experiencia clínica.
En el ámbito de la biología del cáncer sanguíneo, especialmente en lo que respecta a la patología mieloide,
Joaquín Martínez López, jefe del
Servicio de Hematología del
Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid), ha destacado los avances en hematopoyesis clonal y el papel del factor plaquetario 4, una proteína que podría influir en la progresión de estas enfermedades. Asimismo, resalta la influencia de la microbiota intestinal en el éxito de las terapias CAR-T. Estudios recientes muestran que
metabolitos específicos y algunas dietas podrían potenciar el efecto terapéutico de estas células en pacientes con linfoma y mieloma.
Novedades en trasplante hematopoyético y microbiota
En cuanto al trasplante hematopoyético, denominado genéricamente como trasplante de médula ósea,
Lucía López Corral, del
Hospital Universitario de Salamanca, indica que, aunque no hubo avances disruptivos en las complicaciones del trasplante alogénico, sí se presentaron datos relevantes.
Entre ellos,
la importancia de la microbiota para mejorar
la supervivencia y reducir recaídas, así como nuevos enfoques para la profilaxis de la enfermedad injerto contra receptor (
EICR), principal complicación del trasplante. Además, destaca la incorporación de contar con escalas de evaluación geriátrica, que permitirán abordar con mayor seguridad el trasplante en pacientes frágiles.
Finalmente,
Jaime Sanz Caballer, del
Hospital Universitario y Politécnico La Fe (Valencia), ha señalado algunas tendencias de investigación en torno al trasplante alogénico de médula ósea, como el uso de terapias diana en el pretrasplante, durante el acondicionamiento y en las fases de mantenimiento, además de la creciente disponibilidad de donantes y avances en la prevención de la EICR mediante el
uso optimizado de ciclofosfamida.
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