Las mejoras en la presentación de medicamentos hospitalarios, haciendo que formas sencillas sean cada vez más habituales, está posibilitando cosas hasta hace no mucho impensables. Entre ellas, la posibilidad de administrar la quimioterapia en el domicilio del paciente.
Es lo que se está llevando a cabo en Jaén y Granada. De momento es un proyecto piloto, pero los resultados altamente satisfactorios para los pacientes y la ausencia de complicaciones hace pensar que acabará pasando a la práctica clínica habitual en los pacientes de algunos tipos de cáncer.
Consiste en la administración de azacitidina, un quimioterápico en presentación subcutánea, en pacientes de síndrome mielodisplásico no aptos para trasplante de médula ósea, que hasta ahora tenían que acudir al hospital de día cada 28 días para recibir la medicación una vez durante siete días seguidos.
El proyecto en Jaén lo coordina Soledad Durán, directora de la Unidad de Gestión Clínica de Hematología del Complejo Hospitalario de Jaén. Explica a Redacción Médica que “hay pacientes que es muy difícil que puedan acudir al hospital de día: son muy mayores, viven muy lejos o necesitan que alguien les acompañe y no tienen disponibilidad”.
En este proyecto participa el Servicio de Farmacia, una enfermera de la UGC de Hematología y la propia Durán, que determina los pacientes candidatos. De momento están en el proceso de selección, y se espera que a principios de año ya pueda ponerse en marcha.
Durán advierte que de momento solo existe esta posibilidad en un pequeño número de pacientes de este tipo de cáncer y que reciben además este fármaco, pero “esperamos que más adelante se pueda poner en marcha con otras patologías y medicamentos”.
Granada: “La satisfacción es altísima”
En la provincia de Granada este mismo proyecto se puso en marcha en verano de 2015, y en la actualidad son ocho los paciente que reciben el fármaco en su domicilio. “Han entrado y salidos varios: se administra de forma indefinida hasta que progresa la enfermedad, la toxicidad no se tolera o no le hace efecto”, explica María Aguilera, una de las dos enfermeras del Virgen de las Nieves que participa en el proyecto.
“Hay un paciente que vive en Loja, que son 50 kilómetros de ida y otros 50 de vuelta, y no tiene ningún familiar que lo traiga”. Si una ambulancia tuviera que recogerlo para llevarlo al hospital de día, “se tendría que levantar a las 5 de la mañana para llegar a su casa sobre las 15h”.
Con este programa, Aguilera se desplaza al domicilio del enfermo una vez acabada su jornada en el hospital, lo que le lleva entre dos y tres horas de trabajo adicional. “Los pacientes lo han recibido fantásticamente, la satisfacción es altísima”, comenta orgullosa. “Para nosotras, también es un gusto”. Los gastos corren a cargo del laboratorio farmacéutico que provee además del fármaco.
Aguilera reconoce que la “medicación intravenosa sería complicada de llevar, pero creo que la línea de trabajo irá avanzando desde ahí”. En el caso de la medicación subcutánea “no requiere soporte técnico, como una bomba” para ser administrada.
Nuevas posibilidades
Azacitidina no es la única quimioterapia que se administra de esta forma, por lo que hay otras candidatas a continuar ese trabajo. “Con los nuevos avances de la biología molecular hay muchos medicamentos nuevos, seleccionados específicamente para una diana concreta, y muchos son orales, por lo que se evitan muchos inconvenientes de los pacientes en el hospital de día”, explica Soledad Durán, del Complejo Hospitalario de Jaén.
En otra provincia andaluza, Córdoba, el hematólogo Joaquín Sánchez, del Reina Sofía, explica que “al ser la mediana de edad al diagnóstico tan avanzada (70 años), no se pueden poner tratamientos intensivos”, por lo que se han buscado opciones subcutáneas.
Además, se ha demostrado que “los resultados son similares a la quimioterapia convencional, por lo que ésta ya no se administra”. Si el paciente tiene opciones a tratamiento curativo, se le administra y “si hay que realizar un trasplante, se realiza”.
A pesar de la satisfacción de los pacientes, los profesionales sanitarios son cautos al considerar que sea una práctica que se pueda generalizar. No obstante, se ha abierto una puerta, los nuevos fármacos dan cada vez mayor seguridad y no será extraño, en un futuro, tener un vecino al que un enfermero acuda visitarle para administrarle quimioterapia sin tener que levantarse a las cinco de la mañana para acudir al hospital.
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